4 hermanos son maltratados por sus padres a diario – son salvados del infierno por 2 inesperados ángeles

Eric y Phyllis sabían que la vida iba a cambiar desde el momento cuando se convertían en padres de acogida. Pero nunca se habían podido imaginar lo mucho que la vida iba a cambiar.

En noviembre 2015 la pareja recibió su licencia. Esto significa que después de haber pasado por mucho entrenamiento y valoraciones, por fin pudieron encargarse de un niño que necesitaba un nuevo hogar.

No tenían ni idea, que el día siguiente de ese jueves, cuatro hermanos iba a llegar a su casa. Habían sido maltratados y descuidados toda su vida. Y al final las autoridades se habían encargado de ellos y les habían encontrado un nuevo hogar.

Las autoridades contactaron a la pareja Watson y les contaron que los niños estaban buscando un nuevo hogar – juntos. Según Phyllis esta noticia los dejó muy sorprendidos.

– Nos dijeron: «Tenemos cuatro hermanos» y yo contesté «¡¿Cuatro!? Eso es mucho».

Tal Eric como Phyllis cada uno trabajaba tiempo completo y estaban inseguros si les podían ofrecer todo lo que los niños necesitaban. Decidieron que tal vez era mejor decir que no. También escucharon que si no querían ser los padres de acogida iban a tener que separar a los niños y los tenían que poner en hogares diferentes.

Pero después de haber tomado una siesta y haber pensado todo cambió.

– No soportaba el hecho de pensar que los iban a separar, dice Eric.

– Y cuando se despertó dijo: «Nosotros nos encargamos de los niños». Eric había pensado las cosas y no se podía imaginar que iban a separar a los hermanos, agrega Phyllis.

Inicialmente el plan era que la pareja Watson iba a tener a los niños durante un año, mientras que tratan de reunir a los niños con sus padres biológicos. Pero cuando se volvió obvio que esto no era una alternativa la pareja inmediatamente sabía lo que quería hacer.

Decidieron que querían adoptar a los cuatro hijos. Y el 12 de marzo de 2018 la adopción de  Alisa (17), Bradley (16), Cody (15) y Emma (11) estaba lista.

– Esto no era nada que había planeado, pero es mucho mejor. Yo los amo como si fueran mis propios hijos, dice Phyllis.

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