Según reportó the Mirror, la madre de Paisley no pudo ni dar el pecho a su pequeña, quien fue alimentada con una sonda.
Sus padres tuvieron que esperar hasta seis meses para que los médicos pudieran iniciar un doloroso tratamiento para salvar a la bebé.
Por suerte, lograron que un médico especialista no sólo aceptara operar a Paisley sino que estaba dispuesto a no cobrarles nada.
A pesar de todo, les dejaron claro que las posibilidades de que la bebé sobreviviera eran reducidas.
¡Pero la operación fue un éxito! Y parece que Paisley podrá tener una vida normal.
¡Sus padres por fin pudieron por fin disfrutar de su primera sonrisa!
Tan sólo 1 de 14.000 niños nacen con el síndrome de Beckwith-Wiedemann, y no todos logran superarlo y tener una vida en condiciones.
Es admirable cómo estos padres hicieron todo lo posible y contaron con una mano de ayuda para hacer realidad su sueño: tener una hija sana y ser una familia feliz.
¡Por favor, comparte con los demás esta hermosa historia con final feliz!¡Bonita como la sonrisa de Paisley!