Cuando Ángela Formosa de Londres tenía 36 años, supo que esperaba gemelos en la semana quinta. Pero su alegría duró poco.
Unas semanas más tarde los médicos hicieron una ecografía, Ésta mostraba que los bebés estaban unidos por el estómago y compartían algunos órganos internos.
Continuar con el embarazo comportaba un enorme riesgo y varios aconsejaron a Angela abortar.
Varias veces le preguntaron a Angela si quería abortar y esta preocupada madre no sabía cómo reaccionar.
Pero el aborto no entraba en sus planes.
Uno de cada 200 000 nacimientos son casos de gemelos siameses, según CNN y el 50 por ciento de ellos generalmente termina con abortos espontáneos. De aquellos que sobreviven al parto, el 35 por ciento muere en las 24 horas posteriores. Los gemelos siameses siempre son gemelos de un mismo óvulo y, por lo tanto, son bebés del mismo sexo.
Toda esta información, por supuesto, preocupaba a los futuros padres, pero a pesar de la fuerte presión, no querían abortar.
Nacieron con cesárea
El 26 de julio de 2012, Rosie y Ruby nacieron con cesárea en la semana 34. Las dos niñas sobrevivieron al parto, pero al día siguiente les aguardaba una operación de vida o muerte que debía realizarse para separarlas, escribe el diario británico Daily Mail.
15 médicos trabajaron durante cinco horas para separar los órganos internos de las niñas.
La operación fue todo un éxito y tres semanas más tarde Ángela y su marido pudieron llevarse a las niñas consigo a casa.
Hoy las pequeñas tienen cinco años y van a la misma escuela con su hermana mayor, Lily. Les encanta pintar y adoran la película de Campanilla.
Aunque ya no están unidas físicamente son completamente inseparables.
¡Qué bien que Ángela no escuchó los consejos de los médicos! Ella sabía en su interior cual era la decisión acertada.
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