Juan está luchando en la zona de salida del aeropuerto, con dos maletas grandes y pesadas cuando llega un desconocido y le pregunta qué hora es.
En todas las capitales del mundo
El hombre deja las maletas en el suelo y presiona un botón de su reloj de pulsera.
– Las cinco y cuarto, dice Juan.
– ¡Oh! comenta admirado el desconocido. ¡Qué reloj tan bueno y moderno!
– Desde luego, responde Juan, orgulloso, y le muestra la hora en todas las capitales del mundo.
Luego presiona otro botón y aparece en la pantalla el mapa detallado de la ciudad.
– Este punto que parpadea nos muestra el punto exacto donde nos encontramos – comenta Juan.
– Yo tengo que conseguir un reloj como éste, dice el desconocido. ¡Te doy 1.000 dólares por él!
– No, no, no, reacciona Juan. He invertido mucho para desarrollar un reloj como éste y todavía no está listo para una producción masiva.
– Vale, dice el desconocido y saca su chequera. ¡Aquí y en este momento te ofrezco 17.000 dólares!
Señala a las maletas
Juan coge el cheque, se quita el reloj y se lo da al hombre.
– Ahora acabo de conseguir un chollo. ¡Nunca lo venderías tan barato! Seré millonario», dice sonriendo el extranjero.
Y cuando se gira para marcharse, Juan señala las dos enormes maletas del suelo.
– ¡Ehhh!, dice. ¡No se te olviden las baterías!
¡El que ríe el último ríe mejor! ¡Comparte si a ti también te hizo sonreír!