Paul tenía 47 años cuando acudió al médico quejándose de una tos persistente que había durado un año. Los médicos le hicieron una radiografía en los dos pulmones y vieron algo aterrador.
Los médicos vieron lo que pensaban que era un tumor en uno de los pulmones de Paul. Como Paul es un gran fumador, estaban extremadamente preocupados.
Sin embargo, no fue hasta que Paul estuvo en la mesa de operaciones cuando se descubrió la verdad: lo que parecía un tumor era en realidad un viejo juguete. Era un cono de tráfico de juguete que Paul se había tragado cuando tenía solo siete años.
«Los niños comen cosas y obviamente debí comerme uno de mis juguetes, aunque para ser honestos ni siquiera recuerdo haberlo hecho», le cuenta Paul a Metro.
«Me dijeron que debía haberlo inhalado entrando por mi tráquea. Si lo hubiera tragado, se habría metido en mi estómago y de ahí habría seguido hasta salir al exterior».
Paul, a quien se le quitó el juguete 40 años después de habérselo tragardo, describe el momento en que los cirujanos sacaron el juguete:
«La operación se realizó con anestesia local, y cuando quitaron el cono todos en la sala rieron», dice y continúa:
«Ha salido en perfecto estado, incluso puedes ver las marcas»
Aunque es difícil imaginar cómo Paul vivió durante tanto tiempo con un juguete instalado en sus pulmones, los médicos tienen una teoría de como este juguete no fue detectado antes. Dicen que como Paul inhaló el juguete a una edad temprana, «las vías respiratorias del paciente pudieron remodelarse y adaptarse a la presencia de este cuerpo extraño».
Mira a continuación a Paul hablar sobre este descubrimiento tan inesperado:
¡Increíble! Es terrible pensar en el daño que podría haber causado este juguete al permanecer tanto tiempo en los pulmones de Paul. Pero afortunadamente él está bien y tiene una historia bastante increíble que contar.
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