Manolo y Mariana, los dos pasados los 90 años, fueron al banco del barrio para cobrar su pensión mensual y pagar las facturas, lo de hacerlo solos a través de internet no iba con ellos.
De repente entraron en el banco 4 ladrones, con armas en las manos y gritando amenazas:
– ¡Todos al suelo o disparamos!
La mayoría de la gente entra en pánico y se tiran al suelo, pero Manolo, de 91 años, se queda de pie, inmóvil.
– ¡Al suelo, viejo! grita uno de los ladrones.
– «No», responde Manolo tranquilamente con voz susurrante y añade: «Soy agente civil».
– «¡Al suelo!», repite el ladrón. ¡De lo contrario, te dispararé a ti y a todos los demás aquí!
– Dejadnos en paz, soy agente civil, susurra Manolo.
Los ladrones quedaron completamente paralizados. «El terco anciano debe de decir la verdad», piensan, así que se apresuran a salir del banco y se dan a la fuga en pánico, sin llevarse ni un billete.
Manolo permanece completamente firme e inmutable mientras los demás, poco a poco, comienzan a recuperarse del susto. Mariana se levante entonces y se abraza a su esposo.
– ¡Ha ido muy bien, querido Manolo! Pero cariño, tú eres demente y senil, no agente civil…
¡Qué héroe, este viejecito! Dale al botón de compartir para que más puedan reírse hoy con esta divertida historia.