El hospital infantil de Filadelfia decidió realizar una de las operaciones más complicadas hechas hasta el momento por el hospital.
Se necesitó un equipo completo de cirujanos y especialistas para cada una de las niñas y 11 horas de actuaciones difíciles y rápidas para evitar un sangrado excesivo y complicaciones. Con mucho amor, cuidado y habilidad, ambos bebés se separaron con éxito.
«Son una niñas alegres, a pesar de todo lo que han pasado en su corta edad» explica su madre.
Cinco meses después de la intervención las niñas podrán ir a su casa, donde crecer y vivirán con sus padres interactuando con ellos en sus propias habitaciones.
Según su madre Heather Delaney las niñas están respondiendo muy bien.
«No tienen miedo de la gente..es fantástico ver lo fuertes que han sido durante todo el proceso que han vivido»
Durante sus primeros momentos de vida, las niñas tuvieron adaptarse la una a la otra. Una bebé no podía hacer nada sin que no afectara a la otra.
Ahora Erin puede sentarse mientras Abby aprende a rodar. Ha sido un viaje largo, ¡pero Abby y Erin finalmente han tenido una nueva oportunidad en la vida!
Sin ese equipo maravilloso de médicos del hospital y la ayuda incondicional de sus padres esto nunca hubiera sido posible. Comparte su historia para inspirar a otros. ¡A veces olvidamos todo lo que tenemos y cuánto podemos hacer!