¿Alguna vez te has preguntado qué tiene ese pequeño bolsillo dentro del bolsillo que tienen todos los jeans?
Yo tengo uno de esos y no importa cuánto intente darle un uso, simplemente no puedo. Los teléfonos móviles no encajan, es incómodo cuando se trata de guardar monedas y billetes. Ni siquiera lo intentes y lo uses para almacenar una llave, porque nunca la recuperarás.
Sin embargo, no temas; El periódico británico The Independent asegura tener la respuesta para la eterna pregunta y probablemente no es lo que piensas.
De vez en cuando te lo habrás preguntado. No importa si son modelos masculinos o femeninos; todos los jeans generalmente tienen dos bolsillos delanteros y dos bolsillos traseros. También tienen ese pequeño bolsillo extraño dentro de uno de los bolsillos delanteros. Pero, ¿por qué existe?
Curiosamente, para encontrar el origen tenemos que retroceder casi doscientos años. Ese pequeño bolsillo en miniatura no es una adición moderna a los jeans; en cambio, era una solución práctica para algo que ya no es un problema real en la actualidad.
Detrás de la invención no es otro que el legendario fabricante de jean Levi’s.
Según The Independent, el primer bolsillo «extra» entró en uso en el siglo XIX. ¿La razón? Para facilitar la vida a los usuarios más comunes de jeans en ese momento… los vaqueros.
Los vaqueros usualmente llevaban sus relojes de bolsillo con cadenas dentro de sus chalecos, pero ambos métodos hacían que el reloj estuviera en riesgo de romperse. Entonces, Levi’s introdujo un pequeño bolsillo diseñado para llevar un reloj de manera segura. Al mantenerlos en estos pequeños bolsillos, los vaqueros podían viajar sin miedo a que sus relojes se rompieran en un paseo. ¡Inteligente!
Realmente no lo sabía. Bastante increíble que el diseño se mantenga en los pantalones vaqueros hasta el día de hoy. Puede que los Cowboys ya no estén, pero sus bolsillos de reloj ciertamente siguen ahí.
Comparte esta historia con tus amigos, para que ellos también sepan la verdad. ¡Apuesto a que te lo has preguntado también!
