Scott Hawkins solo tenía 37 años cuando todo su mundo se convirtió en una pesadilla.
Scott sufrió un infarto cerebral masivo mientras que su esposa Danielle estaba atendiendo a una clase en otra ciudad cercana.
Su esposa estaba en la casa cos sus hijos cuando Danielle recibió la llamada que nunca va a olvidar.
Era un día de abril cuando Danielle estaba en una clase en otra ciudad y Scott estaba en la casa con los hijos de la pareja en la casa en Michigan, Estados Unidos.
«Me llamó y murmuró una palabras», recuerda Danielle.
«Me dijo que tenía un intenso dolor de cabeza y que algo estaba mal.»
Los dos llamaron a urgencias y un grupo médico rápidamente llegó y llevó a Scott al hospital.
”Cuando el grupo médico montó a Scott a la ambulancia, su presión arterial se disparó, causando líquido en los pulmones», dijo Danielle.
«Era muy, muy mal», agregó Danielle antes de tomar una larga pausa, admitiendo que «a veces es difícil hablar de esto».
Cuando la pareja llegó al hospital, los médicos alentaron a Danielle a llamar al resto de los miembros de la familia.
Le dijeron que su esposo probablemente no sobreviviría a la noche.
“Sus niveles de oxígeno estaban en los 60 y 70. Me dijeron que deberían estar por encima de 90″, dijo Daniell
Scott había sufrido una ruptura de aneurisma de malformación arteriovenosa cerca de su tronco cerebral.
El aneurisma, que había estado con él desde su nacimiento, causó un infarto cerebral.
Cuando los cirujanos intentaron detener el sangrado en su cerebro, Scott sufrió trágicamente un ataque cardíaco durante el procedimiento, según Health Beat.
«Lo perdieron por unos minutos», dijo Danielle. «También perdió el oxígeno por eso».
Una semana después del procedimiento, Scott no pudo responder ni seguir instrucciones.
Los médicos le dijeron que en esta etapa, Scott probablemente nunca se despertaría. Le dijeron a Danielle que su esposo probablemente nunca recuperaría la conciencia o que nunca volvería a funcionar normalmente, y mucho menos que podría besarla o decirle que la ama.
“Me dijeron que lo dejara ir», dijo Danielle.
Pero ella se negó en creer en el devastador pronóstico de los médicos.
Y Danielle sabía algo que los médicos no sabían – la fuerza del espíritu de Scott.
En cambio de desconectarlo y despedirse, Danielle se acercó a besar a su esposo moribundo.
Cuando puso sus labios en su cuerpo sin vida, ella sintió algo que nunca se esperó: Scott la besó devuelta.
Tal vez Danielle se lo estaba imaginando, ella admite. Pero esa pequeña señal era suficiente para que ella creyera, era suficiente para seguir manteniendo las máquinas conectadas, y suficiente para por siempre cambiar el rumbo de sus vidas.
Con la nueva esperanza, Danielle luchó para mantener a Scott conectado, determinada a a mostrarle a todos que él se iba a recuperar.
Después de cinco semanas de rehabilitación pulmonar, Scott ya no necesitaba un ventilador.
«Ahí fue donde comencé a demostrarle a todo el mundo (que él podría recuperarse)», dijo Danielle.
«Él es un músico, así que le llevaba guitarras de pulgar. Él tocaba las notas. Los doctores dijeron que era solo un reflejo. Le dije que cambiara las notas y lo hizo”.
Danielle sabía que si Scott intentaba hablar con ella, no podría hacerlo debido a su traqueotomía, una incisión en la tráquea para aliviar la obstrucción de la respiración.
Pero en un acto de fe, Danielle cubrió la vía aérea creada quirúrgicamente en el cuello de Scott, y él comenzó a hablar con ella.
«Cubrí su traque y él comenzó a hablarme», dijo.
«Las primeras palabras fueron: ‘Te amo’, la segunda, ‘dame medicamentos para el dolor’. Luego, cuando los médicos le preguntaron ‘¿qué estás tocando?’ Dijo ‘un instrumento’. Los médicos empezaron a creer en nosotros.»
Con esta prueba indiscutible de su voluntad de luchar, los médicos finalmente comenzaron a creer en Scott.
Pronto fue trasladado al centro de rehabilitación y enfermería de Spectrum Health. Scott llegó allí en una ambulancia y pasó seis días a la semana en rehabilitación durante las próximas 16 semanas.
Los terapeutas y los médicos utilizaron musicoterapia e instrumentos, muchas veces en tratamientos con terapias del habla y en terapias físicas, para ayudar a Scott a recuperar fuerza y coordinación.
Finalmente, después de 16 semanas, Scott se iba a casa – y lo iba a hacer en sus dos pies.
«Entró en una camilla solo moviendo su mano derecha, y se fue caminando con un andador con una mano en el aire diciendo ‘Rock on'», dice una Danielle agradecida.
Danielle elogia al personal de Spectrum por la rápida recuperación de Scott.
«Ellos comenzaron a hablar con Scott como si él estuviera allí», dijo Danielle, recordando cómo el personal de rehabilitación alimentó la esperanza que siempre había tenido.
Además, Danielle nunca dejó el lado de su marido. Ella ofreció apoyo, aliento e incluso amor duro cuando fue necesario.
Danielle definitivamente creyó que se recuperaría. Incluso cuando le dijeron que llamara a la familia esa primera noche, nunca lo sintió. Ella nunca creyó que Scott moriría.
Scott todavía tiene que recuperarse por mucho tiempo, pero está progresando, paso a paso.
«Él está tocando la guitarra de nuevo. Él toca la batería. Antes no podía tragar. Tuvo un tubo de alimentación durante nueve meses, pero ahora puede comer lo que quiera», dice Danielle.
¡Yo creo que los milagros médicos más grandes suceden cuando creemos que pueden suceder y los cuidamos con la mente!
Lo mejor que puedes darle a alguien es una oportunidad.
El personal de rehabilitación hizo eso, al ver a Scott como el hombre, el marido y el padre que era, en lugar de ser solo otro registro de pacientes para ser tratado lo antes posible.
Demasiadas personas dan por sentado el matrimonio, dejando de lado esa dedicación cuando ya no es fácil ni conveniente.
Afortunadamente, Danielle Hawkins hizo un voto de permanecer firme con su marido «contigo en las buenas y en las malas, en salud y en enfermedad», y ella si le dio sentido a estas palabras, nunca se dio por vencida.
La paciencia de esta pareja es una prueba de que un vínculo fuerte puede superar incluso los obstáculos más grandes, y nuestra intuición puede ser más precisa que cualquier prueba médica.
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