Cuando dejaron a Pakita en el refugio de perros El Arca Animal Partido de Mar Chiquita, en Argentina, el personal se enteró de que la habían encontrado caminando sola y perdida en la calle.
Los voluntarios del centro recibieron a Pakita con los brazos abiertos. Una de las voluntarias se llama Silvia Ferreyra.
La perrita se quedó en el refugio durante dos años, pero nunca encontraron a sus dueños o a otra persona que sabía de dónde venía la perrita.
Desafortunadamente esto hizo que Pakita se sintiera muy sola y deprimida. La probabilidad de que fuera adoptada disminuía por cada día y mes que pasaba.
Y los perros jóvenes siempre eran los que eran adoptados.
Pero los voluntarios de Arca Animal seguían haciendo lo posible para encontrarle un hogar a Pakita. Decidieron tomarle una foto, para que la pudieran poner en Facebook y de esa forna atraer a familias que estuvieran interesadas en adoptarla.
Pero est0 no era nada fácil.
Cuando trataban de tomarle la foto Pakita, que es muy tímida, ella se agachaba y giraba la cabeza. Pero al final lograron tomarle una foto que era lo suficientemente buena para publicarla en internet.
«Casi que inmediatamente recibimos un mensaje de una mujer que dijo que la perrita era de su hijo y que él la había estado buscando», le cuenta Ferreyra a The Dodo.
La mujer dijo que su hijo, Ariel Naveira, nunca pensaba que iba volver a ver a su Pakita otra vez.
El hijo llegó al refugio de perros el día siguiente para ver si Pakita sí era su perra. Aparentemente Pakita también necesitaba algo que la convenciera de que Ariel Naveria era su dueño.
El momento que todos esperaban
Cuando la sacaron donde su dueño ella no estaba segura de que era él.
Ella se escondió detrás de uno de los voluntarios pero igual estaba curiosa.
Al final sintió un olor conocido y puedes ver el momento exacto cuando ella se da cuenta de que sí es él. Es un momento tan hermoso, un momento que uno no ve muchas veces en la vida.
Se ve claramente que Pakita está llena de felicidad y salta y saluda a Ariel y lo llena de besitos.
Patkia está tan feliz que empieza a ladrar y a gruñir. Es como si llora de felicidad. ¡Me pone muy contenta ver el reencuentro de estos dos!
En el vídeo puedes ver bien todo 🙂
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