Con tan sólo 21 años, la vida de Muniba Mazari parecía totalmente destrozada.
Tras un aparatoso accidente de coche que sufrió junto a su marido, los médicos le anunciaron que sus heridas eran tan severas que nunca volvería a caminar, apenas podría hacer uso de sus manos y no podría ser madre.
“No había luz al final del túnel”, dijo Muniba en un emotivo e inspirador video en Youtube que se ha vuelto viral en el mundo entero.
Sin embargo, Muniba no sólo salió adelante sino que cumplió todos sus sueños.
En 2008, Muniba Mazari viajaba en coche con su marido cuando éste se quedó dormido al volante y tuvieron un accidente.
Su marido logró saltar y salvarse, pero ella quedó atrapada en los restos del vehículo y muy malherida. Su manos, brazos, costillas, órganos internos quedaron gravemente afectados. Su médula espinal quedó seccionada.
Muniba estuvo más de dos años postrada en la cama de un hospital después de esto. Sin embargo, una frase que le dijo su madre le dio fuerzas para continuar: “Dios tiene otros planes para ti”.
Con esa frase en mente, Muniba decidió un día volver a pintar. Los pinceles y colores la ayudaron a sacar todo el dolor e impotencia que sentía en su interior.
Cuando salió del hospital, decidió hacer con su vida algo que valiera la pena y lo hizo dedicándola a inspirar y ayudar a niñas y mujeres que han sufrido discriminación.
Nueve años más tarde, Muniba se convertía en la primera embajadora de ONU Mujeres en Paquistán.
También figuró en la lista de las 30 personas más influyentes menores de 30, según la revista Forbes en 2016. La BBC por su parte la incluyó en el ranking de las 100 personas más inspiradoras en 2015.
Como embajadora de ONU Mujeres en Paquistán, Muniba ha dedicado todos sus esfuerzos a empoderar a las niñas y mujeres de su país, así como involucrar a hombres y niños en la defensa de los derechos de las mujeres.
Además de activista, Muniba también ha trabajado como modelo, cantante y participa como tertuliana en muchos programas de televisión.
Su carrera artística también floreció con una línea llamada “Lienzos de Muniba”, cuyo eslogan es “deja que tus paredes lleven colores”.
Incluso logró cumplir su sueño de ser madre tras adoptar a su pequeño Nael.
No en vano hoy se la conoce como la «mujer de hierro» de Paquistán. En parte por la cantidad de implantes de titanio que los médicos insertaron en su cuerpo para sanarla, pero también por su extremada fortaleza y fuerza de voluntad a la hora de perseguir sus sueños.
La historia de Muniba me ha parecido muy inspiradora, qué mujer tan valiente y fuerte. ¿Qué opinas tú?