Nunca sabemos lo importante que puede ser alguien en nuestra vida cuando lo conocemos por primera vez. Cuando miramos atrás, es fácil creer que algunas personas estaban predestinadas a cruzarse en nuestro camino. Esta historia es un ejemplo perfecto de ello y se me puso la piel de gallina cuando la leí.
Patrick Hinga era unjoven que tuvo que enfrentar grandes adversidades en la vida. Desarrolló una adicción a las drogas que lo llevó a vivir en la calle.
Pero cuando su amiga de la infancia, Wanja, lo encontró por casualidad, fue capaz de hacer lo imposible.
Hoy no creerás que Patrick es la misma persona. ¡Míralo por ti mismo!
Patrick Hinga nunca hizo daño a nadie, pero su futuro no se veía bien y empezó a consumir marihuana muy pronto en su vida. Fumar le ocasionó problemas en la escuela, lo que generó un círculo vicioso.
Patrick terminó consumiendo drogas más fuertes y se vio incapaz de lidiar con su vida. Terminó en la calle, hambriento y desesperado, reporta Daily Nation.
Hospital psiquiátrico
Las drogas cambiaron por completo la personalidad de Patrick. Su madre no sabía qué hacer, así que lo internó en un hospital psiquiátrico. Tristemente, Patrick sintió que estaba empeorando y escapó varias veces. Se fue del hospital y todo parecía estar perdido.
Pero entonces apareció Wanya, una amiga de la infancia.
Wanya lo envió a rehabilitación
Cuando Wanya, una amiga de la infancia de Patrick de la escuela, encontró a Patrick viviendo en la calle y adicto a las drogas, no dudó en ayudarle. Lo envió directamente a un centro de rehabilitación y no aceptó un «no» por respuesta. Patrick no tuvo otra opción que obedecer.
Un trabajo
Como el futuro de Patrick se veía negro, sentía que no tenía nada por lo que luchar. Wanya lo ayudó a iniciar su propio negocio, llamado «Hinga’s Store».
Un año después, es difícil creer que Patrick es la misma persona. Después de su tratamiento de rehabilitación empezó a trabajar y está agradecido por tener una vida nueva.
«Me siento un hombre nuevo. Rezo a diario, pidiendo a Dios que me ayude a no volver a aquella vida de drogas», dice Patrick, en una entrevista a Daily Nation.
Aquí está Patrick hoy en día. ¿Lo reconoces?
Éste es un gran ejemplo de por qué nunca debemos rendirnos, no importa cuán perdidas parecen las cosas. Hay esperanza para todos, así que por favor, comparte esta historia para demostrar a la gente que no importa lo que pase, siempre vendrán tiempos mejores.