El bullying desafortunadamente es una epidemia en nuestra sociedad, y el tipo más común del abuso son comentarios feos y desagradables.
Atacar a alguien por su apariencia es tan bajo que no quedo muda, y abusar de alguien que tiene una enfermedad congénita es más bajo aún.
Austin Niehus es un adolescente que nació con el síndrome de Goldenhar, una enfermedad genética muy rara que causa defectos de nacimiento en la cara y la cabeza.
El síndrome produce un desarrollo incompleto de las orejas, la nariz, los labios y el hueso de la mandíbula. Está claro que el síndrome afecta la apariencia física del individuo.
A la edad de 14 años Austin ya había pasado por 52 operaciones.
Pero a pesar de que Austin creció en el hospital, entre cientos de médicos y salas cirugía, vive hoy como la mayoría de los otros niños.
Sin embargo, le hacia falta una cosa…
Los seres queridos de Austin lo describen como un chico querido y amoroso.
Desafortunadamente otra gente a su alrededor siempre se ha molestado de su apariencia. Como no se parece a su compañeros «normales» él fue víctima de bullying desde pequeño.
Siempre se burlaban de él y lo engañaban, él se sentía aislado de los otros niños del colegio. Añoraba tener amigos y también quería conocer a otras personas con el mismo síndrome.
Como la enfermedad es muy rara fue difícil encontrar a otra persona con experiencias parecidas.
Pero esto pronto iba a cambiar…
El el vídeo de aquí abajo están prendidas las cámaras cuando Austin, de 15 años, está esperando un visitante muy especial en su casa en Colorado.
Cuando el auto del extraño se acerca Austin se asoma por la ventana y llama a su mamá y a sus dos hermanos.
”¡Están aquí. Ay, Dios mío! Aquí viene, aquí viene!»
Lo que sigue es un encuentro desgarrador entre dos personas que han esperado mucho tiempo de conocerse… y no pudo ser más perfecto.
Yo nunca he entendido por que la gente quiere acosar a los demás. Me pone tan triste pensar en que alguien puede disfrutar de hacerle daño a otra persona.
Al mismo tiempo que me parte el corazón escuchar lo mucho que estas dos personas han sufrido, también me pone contenta saber que se han conocido y que se apoyan el uno al otro.
¡Es una alegría ver cuando estos dos jóvenes y sus familias se conocen y pasan tiempo juntos. Les deseo toda la suerte durante los siguientes años!