Hallan perro golpeado y sangrando en la calle – cuando rescatistas ven el detalle en el ojo saben que tienen que correr

El amor de un perro es incondicional. Siempre están dispuestos a dar cariño y ser fieles, por eso no puedo entender que haya gente capaz de maltratar a los animales. No solo no lo entiendo sino que me indigna y entristece profundamente.

Lo que hicieron a este perrito beagle, no tiene nombre. Pero su aparente negro destino iba a dar un giro inesperado…

El protagonista de esta historia es un perro beagle que vivía en las calles de Alabama, en los Estados Unidos, donde los inviernos son fríos y las veranos muy calurosos. Comía lo que encontraba y dormía donde podía.

Además de tener que soportar la dura vida de la calle, sufrió los ataques de otros perros. Sin embargo el mayor ataque no lo recibió de otros perros, sino de un humano.

Una persona lo golpeó con tanta brutalidad que le provocó una úlcera en una córnea y un corte en el ojo izquierdo, provocándole un dolor terrible y consecuencias para toda la vida: el perrito perdió la vista. Además, perdió muchísima sangre.

Por suerte, alguien lo vio y llamó rápidamente a la organización Two By Two Rescue. Contaron que estaba muy malherido, lloraba de dolor y de tristeza y derramaba sangre. Los miembros de Two By Two Rescue se pusieron en marcha de inmediato y llegaron rápido al rescate.

Lo primero que hicieron fue llevarlo al veterinario. El perrito, al que llamaron Shep, tenía los ojos destrozados, las costillas partidas y heridas en el cuello. La buena noticia es que saldría de esta, sobreviviría, pero tendría que aprender a vivir con las secuelas de las heridas, según relata El Comercio.

Tras tres meses de sufrimiento, Shep se recuperó. Su historia se hizo viral y miles de personas mandaron sus ánimos y cariño a Shep, pero había un problema: nadie quería adoptarlo.

Hasta que apareció un ángel, que responde la nombre de Micah Larsen. Esta mujer no estaba dispuesta a permitir que Shep pasara el resto de su vida sin una familia, ya había cubierto su cupo de sufrimiento y ahora le tocaba disfrutar de la vida y calor y amor de un hogar.

Aún así, por la vivencia y ceguera de Shep, hacerse cargo de este pequeño no era tarea fácil. Pero Micah, con mucha paciencia y cariño, consiguió que Shep superase su temor a los humanos y se convirtiera en un perro feliz.

Sin embargo, un día llegó otra triste noticia, tenían que amputarle el ojo izquierdo, debido a una grave infección.

«Después de que su ojito fue extirpado, volvió a casa y se volvió un increíble amigo, plenamente activo y parece que tuviera un sensor dentro de él ya que no se tropieza con nada, no se choca ni golpea, es como si no estuviera ciego», cuenta Micah en redes sociales, y es que esta luchador tiene sus propias cuentas de Instragram y Facebook, desde las que muchas personas siguen sus andanzas.

Ahora Shep vive feliz con su mamá, Micahm, y su familia, un ángel que ha hecho que este luchador reciba por fin lo que se merece en la vida.

¡Comparte para desearles lo mejor a Shep y Micahm!