Todos los que han asistido a un parto, uno de los grandes milagros de la vida, saben que no siempre el el proceso más estructurado. Las cosas no ocurren según un horario exacto, siempre hay una sensación de emoción y preocupación en el aire.
Justamente así sintió Amy Hill, que estaba esperando que su oveja de 10 años tuviera sus crías.
Ella había tenido crías antes y todo siempre había salido bien. Pero esta vez iba a ser diferente.
La oveja de 10 años, Dotty, había vivido una larga vida en la granja Snowy River Farm. Durante los últimos años había tenido varias crías y cada vez su dueña Amy había estado ahí siendo testigo de los milagros de la vida.
La oveja Dotty – su mejor amiga
La granja de Amys, que queda en Nueva Escocia, Canadá, se enfoca en criar animales sin usar cultivos genéticamente modificados.
Para ellos es muy importante cuidar a los animales de una forma humana y ecológica – y Dotty ha vivido una vida larga y sana.
Entre los animales en la granja Dotty siempre ha tenido un lugar especial en el corazón de Amy, ya que fue su primera oveja.
«Ella fue la que hizo que empezara a amar a las ovejas, ella es mi mejor amiga y ella significa todo para mi», escribe Amy en un post en Facebook.
Iba a tener nuevas crías
Cuando Dotty iba a volver a tener crías Amy se puso contenta, no veía la hora de ver a las nuevas ovejitas. Ella lo había vivido antes y sabía el bonito tiempo que les esperaba, al mismo tiempo que mucho trabajo le esperaba a Dotty.
Pero en medio del embarazo Amy descubrió algo preocupante. Algo estaba mal con Dotty.
Una mañana Amy encontró a su amada oveja tirada en el suelo sin poderse mover. Dotty luchaba para respirar y Amy se apuró para llamar al veterinario.
Animales con manadas grandes pueden tener preeclampsia, y fue justo eso lo que Amy sospechó había ocurrido. Cuando Dotty antes había tenido gemelos no había habido complicaciones, pero esta vez iba a ser mucho más grave.
No se podía mover
Donde el veterinario le dieron todos los medicamentos que Dotty necesitaba y ahora no podían hacer más que esperar. Dotty todavía no se podía mover y el estómago no se movía. Amy estaba cerca de perder la esperanza.
Ella no le podía ayudar a las crías que aún no habían nacido y tardaba tiempo hasta que el veterinario llegara.
“La idea de que tuviéramos que dormirla me preocupó durante mucho tiempo. Le pusimos una jeringa con la última esperanza de que salieran las crías. Yo revisé a Dotty varias veces, pero no pasaba nada”, escribe Amy.
Ella trató de controlarse para despedirse de su amada Dotty, la oveja que había amado todos los días desde que se conocieron hace varios años.
El milagro en la paja: ”Lloré media hora»
Pero entonces cambió todo. Cuando ella se acercó donde Dotty vio algo moverse en la paja.
Ella contó: «Uno, dos, tres…cuatro.»
Cuatro crías estaban al lado de Dotty, se veían bien y sanas, y parecían tener hambre.
«Me dio escalofrío. No voy a mentir, lloré media hora cuando las encontré esta mañana. El alivio de que me niña siga con nosotros y que nos haya bendecido con cuatro ovejitas hermosas (tres niños, una niña) es grande. Esto es abrumador, de la mejor forma, escribe Amy en Facebook.
El complicado parto de Dotty fue su último parto. Ahora disfruta de una vida sin más nacimientos y puede ver a sus ovejitas crecer en paz en la granja.
Qué maravilloso que la historia de Dotty tuvo un final feliz. Ahora le deseamos una larga y bonita vida en la granja de Amy.
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