Los padres a veces tienen pesadillas. Y sueñan que sus hijos han muerto, se han ahogado, han sido atropellados o han desaparecido sin dejar rastro.
En el peor de los casos se despiertan sudando, con una enorme angustia – pero al menos se reconfortan al saber que se trata de una pesadilla.
¿Pero que ocurre si tu peor pesadilla se convierte en realidad? No me atrevo a ni siquiera pensarlo…
Cuando Charlee Campbell, una niña de dos años, desapareció de casa de sus abuelos en el campo en Kentucky, todo el mundo estaba tremendamente preocupado.
Era un día de junio del 2018. La abuela de Charlee se despertó y vio que la puerta de la calle estaba abierta. Charlee ees autista y tiene dificultad para hablar y no la encontraban por ninguna parte. Ni a ella ni a su mejor amigo, una perra pitbull, llamada Penny.
La autoridades, personal sanitario, y voluntarios comenzaron a buscar por toda la zona boscosa donde se sospechaba que Charlee había desaparecido.
Pero no había ni rastro de la chiquilla – era como si se la hubiera tragado la tierra. 36 horas después de su desaparición los investigadores y los padres estaban muy confundidos y preocupados.
Cada minuto que pasaba disminuía la posibilidad de encontrar a Charlee con vida.
Al mismo tiempo Wayne Brown, un vecino, sentado en el sofá, suplicaba a Dios que la niña estuviera a salvo.
Y entonces Wayne vio algo por el rabillo del ojo, fuera en el jardín. Era una niña pequeña rubia con marcas por todo el cuerpo.
Esta niña de 2 años se llama Charlee Campbell, pero sus padres la llaman ”Mo”.
Charlee vive en una casa de campo en Kentucky, en la frontera entre el oeste y el sur de Estados Unidos.
Un jueves de mañana del mes de junio del 2018, estaba durmiendo en su cama cuando su abuelo se levantó para ir a trabajar sobre las 5:30.
Alrededor de las 10.00 comenzó la pesadilla. La abuela de la niña, Beth Campbell, se despertó y vio la puerta de la calle abierta.
Charlee y su perra, Penny, habían desaparecido.
Bomberos, policías y perros guías comenzaron pronto una búsqueda incansable por la zona forestal donde se pensaba había desaparecido Charlee.
Más de 100 voluntarios participaron en las labores de búsqueda. Pero pasaron dos días y seguían sin tener rastro de Charlee y Penny.
Toda la zona se inundó de carteles y fotos de Charlee. Se buscaba a la niña y se explicaba que era autista y que llevaba un pijama azul de «Frozen».
Todos los que vivían en la zona se involucraron en la búsqueda de la niña e incluso se escribió sobre el suceso en todo EEUU.
Pero después 36 horas ocurrió el milagro.
Wayne Brown, que vivía a 450 metros de la casa de los abuelos de Charlee, estaba sentado en el sofá, rezando porque la niña estuviera sana y salva.
”Por favor, que la niña se encuentre segura», pensaba Wayne.
Y de repente vi algo que estaba parado en su jardín.
Wayne vio a una niña rubia en la parte trasera de su jardín.
Él corrió hasta la puerta y vio que ella se acercaba a la valla.
«¿Te llamas Charlee?!», le preguntó.
La niña no dijo nada. Estaba sucia, tenía hojas en el pelo, y garrapatas en el cuerpo. Pero reconoció su pijama azul con «Frozen».
Wayne llamó de inmediato a la policía.
El hallazgo emocionó a Wayne. Cuando él tenía ocho años, murió su hermano pequeño.
”Se había perdido. Había saltado tres vallas», cuenta Wayne a Courier-Journal
”Le encontraron a varios kilómetros de distancia de su casa. Pero desgraciadamente estaba muerto.
Wayne agradeció a Dios que a Charlee no le ocurriera lo mismo que a su hermano pequeño.
Pero pronto la historia iba a dar un giro inesperado.
Unas minutos antes de que Charlee apareciera en la propiedad de Wayne, Penny, la pitbull había vuelto a casa de Beth.
Beth piensa que Penny siempre estuvo cerca de Charlee mientras estuvo perdida.
”Es nuestra heroína”, dice Beth señalando a Penny.
Penny no volvió a casa hasta que no estuvo segura de que Charlee estaba a salvo.
Cuando Wayne encontró a Charlee ésta no dijo ni una frase. Pero si que emitió alguna palabra..
Charlee dijo señalando al perro de Wayne: «Perro.»
Charlee fue trasladada al hospital y a pesar de las circunstancias ella estaba bien.
”Agradecemos enormemente la ayuda solidaria del cuerpo de bomberos, policías, personal sanitario y voluntarios», escriben las autoridades locales en Facebook.
Gracias a Dios la historia acabó bien para Charlee y Penny. Y creo realmente que Penny tuvo mucho que ver en ello. ¡Los perros son criaturas fiables y muy leales!
Penny se dio cuenta de que su dueña estaba en peligro y no la dejó ni un momento sola hasta que supo que estaba segura.
Los perros son animales fantásticos – COMPARTE esta historia si estás de acuerdo.