Muchas culturas han practicado el sacrificio de animales a los dioses. Pero las ha habido que también han sacrificado seres humanos.
Uno de los casos más tremendos de la historia se produjo en Perú.
«Rostros pintados con un pigmento de cinabrio rojo, bocas abiertas que aún parecen aullar de dolor, restos de los textiles que oprimían sus cuerpos menudos, costillas dislocadas, un esternón cortado por la mitad y numerosos esqueletos de llamas jóvenes», este fue el panorama que, según National Geografic, se encontró el arqueólogo Gabriel Prieto cuando dirigió una excavación, en 2011, en Huanchaquito-Las Llamas, en la costa norte de Perú.
Los lugareños avisaron al arqueólogo de la existencia de restos humanos en la zona en la que realiza las excavaciones. Allí encontraron 42 niños y 76 llamas.
Para cuando acabaron las excavaciones, en 2016, habían encontrado restos de más de 140 niños y niñas – de entre 5 y 14 años – y más de 200 llamas.
Según National Geografic casi con toda probabilidad esos niños y animales fueron sacrificados durante rituales, entre los años 1400 y 1450, según indican las pruebas con radiocarbono y las cuerdas textiles de sus fardos.
Al parecer este tremendo suceso se produjo en la cultura chimú. “Aunque se han registrado incidentes de sacrificios humanos entre los aztecas, los mayas y los incas en las crónicas españolas de la era colonial y se han documentado en excavaciones científicas modernas, el descubrimiento de un evento de sacrificios de niños a gran escala en la poco conocida civilización precolombina Chimú es un hallazgo sin precedentes no solo en América, sino en todo el mundo“, señaló National Geographic en su informe.
“Los restos esqueléticos de los niños y los animales muestran evidencias de cortes en el esternón, así como también dislocaciones de las costillas, lo que sugiere que el pecho de las víctimas se abrió y se separó, quizás para facilitar la extracción del corazón“, según National Geographic.
Cuando vemos en las noticias todas las cosas horribles que pasan en el mundo nos da la sensación de que el mundo es un lugar terrible y que las sociedades no avanzan, pero no es así. Este tipo de sacrificios religiosos serían impensables hoy en día.
