Mis hijos tal vez no tuvieron todo lo que querían en la vida, pero yo y mi esposo siempre tratamos de darles todo lo que pudimos y yo espero que sepan que tienen una madre que los ama más que todo en el mundo.
Pero a veces no se siente así, pero yo entiendo que mis hijos tienen sus propias vidas y carreras que ocupan mucho tiempo de sus vidas.
Igual espero que vean esta historia y se pongan a pensar un poco, esto sería muy importante para mi.
Esta historia ficticia empieza con un padre de unos 80 años que está sentado en el sofá en su casa, junto con su hijo que tiene 45 años y es un hombre bien educado.
El padre estaba sentado en el sofá en su casa cuando un cuervo pasó volando y se sentó afuera de la ventana. El viejito miró a su hijo y le preguntó: «¿Hijo, qué es eso?».
El hijo explicó que era un cuervo.
Después de varios minutos el padre preguntó lo mismo. El hijo respondió otra vez: «Papá, te lo acabo de contar. Es un cuervo».
Por tercera vez el padre preguntó lo mismo. Y ahora el hijo respondió un poco irritado:
«En un cuervo. ¡Es un cuervo».
Pero el papá no se rindió. Preguntó por una cuarta vez: «¿Qué es eso?
Y esta vez el hijo le respondió gritando:
«Ya lo he dicho tantas veces, ¡es un cuervo! ¿Por que me haces la misma pregunta tantas veces? ¿Qué es lo que no entiendes?»
Después de un rato el viejito al fin se fue a su cuarto y sacó un diario, donde había escrito todo desde que nació su hijo.
Regresó con el libro y le pidió que leyera en voz alta de una de las primeras páginas. El padre había escrito así:
«Hoy estaba en el sofá con mi hijo de 3 años. De repente un cuervo se sentó en nuestra ventana. Mi hijo preguntó emocionado: «¿Qué es eso? Él preguntó la misma cosa más o menos 23 veces. Yo le di la misma respuesta vada vez. Le di un abrazo cada vez que me preguntaba. Las preguntas no me irritaban, yo solamente sentía amor por mi hijo inocente y curioso».
A pesar de que el padre no se puso bravo cuando el hijo le hizo la misma pregunta 23 veces, el hijo se irritó cuando el padre le hizo la pregunta cuatro veces.
¿Por qué?
Si tienes padres viejos, recuerda de hablar bien con ellos, se amable y respetuoso. Disfruta de que tus padres están vivos y que tienes la oportunidad de estar con ellos – ellos te han criado y llenado de amor incondicional.
No importa cuánto hayas estudiado y cuántos diplomas tengas – el sentido común viene del interior y siempre puedes pensar en cómo te comportas con las personas que te han criado. Ten en cuenta que tus padres hicieron todo por ti, con el objetivo de hacerlo lo mejor posible.
¡No importa cómo tus padres se comportan, asegúrate de tratarlos con respeto! Se lo merecen, tú eres el que eres hoy, gracias a ellos.
¡Comparte si estás de acuerdo!