Todos algún día envejeceremos y muchos de nosotros, antes o después, necesitaremos mucha ayuda y será un asilo o una residencia de ancianos la única alternativa.
Cuando alguno de nuestros seres queridos se muda a una residencia para que esté atendido, nosotros esperamos que sean muy bien cuidados.
Pero cada vez más nos horrorizamos al ver que hay casos en los que nuestros ancianos no solo son ignorados sino que incluso son maltratados y abandonados sufriendo en soledad.
Hace tres años ocurrió un incidente en Atlanta, Estados Unidos, que tuvo mucha repercusión.
James Dempsey, de 89 años, de Georgia, EEUU, vivía hacía algún tiempo en el centro de rehabilitación y sanidad de Northeast Atlanta.
Lo que las enfermeras no sabían era que su familia había colocado una cámara oculta.
James murió en el año 2014 pero cuando su familia miró el vídeo quedó en estado de shock.
En el vídeo se ve como James pide ayuda. Tenía dificultad para respirar y necesitaba atención de inmediato. Pero la asistencia se retrasaba y finalmente quedó inconsciente.
Cuando las enfermeras finalmente llegaron a la habitación tuvieron dificultad para conectar el tubo de oxígeno de James y comenzaron a reírse.
Luego otra entró en la habitación, reconoció rápidamente a James e informó de que estaba muerto, sin ni siquiera molestarse en tomarle el pulso.
A las 05.28 de la mañana las enfermeras vieron lo mal que estaba James. Pero no llamaron a la ambulancia hasta pasados 57 minutos, cuando ya era muy tarde.
James tuvo una muerte dolorosa porque nadie se preocupó por él.
Si alguien hubiera reaccionado cuando James pidió ayuda por la mañana posiblemente no habría muerto ese día y su familia habría tenido oportunidad de despedirse de él.
Una de las enfermeras relató en el interrogatorio que ella le había realizado masajes cardiacos para rehabilitarle, sin saber que todo había sido filmado en una cámara oculta.
Cuando más tarde se le mostró que todo estaba recogido en un vídeo, se le preguntó porque había mentido, respondiendo que había sido una mentira piadosa.
Nunca se habían hecho masajes de rehabilitación cardíaca.
La familia de James no quiso hacer comentarios sobre el suceso pero si que agradeció que el vídeo grabado, que en un principio no fue mostrado, se hiciera público.
Pero todo el proceso hasta llegar al Tribunal Supremo, antes de que el vídeo se hiciera público, costó a la familia mucho dinero.
La residencia que quedó al descubierto e incluso aquellos que tuvieron que pagar importantes sumas por los costes del proceso judicial, dicen que los problemas ya están resueltos y que ahora tienen una nueva dirección.
Si hay una inspección actualmente saldrían bien parados, sin ningún tipo de sanción.
Las enfermeras del vídeo fueron despedidas.
