El 2 de julio del año 1971 regresaba a casa un estudiante de 24 años de la Universidad de Fresno, en California, tras una tarde de competiciones deportivas.
De camino a casa vio un resplandor antinatural y siguió hacia adelante intuyendo que se trataba de un incendio.
Llegó frente a una casa que estaba siendo pasto de las llamas y fuera había tres muchachas en pijama. Junto a ellas estaba una aterrada mujer gritando y pidiendo ayuda pues su hijo pequeño se encontraba dentro de la casa.
La policía acababa de llegar al lugar del suceso, pero no así los bomberos.
Carol Magee, desesperada, indicó a la policía y al extraño en qué habitación se encontraba su bebé: no había tiempo que perder.
La policía rompió una ventana y el joven estudiante se metió en la habitación llena de humo, donde se suponía que se encontraba el niño.
El desconocido divisó al pequeño y lo tomó en sus brazos. Por suerte el niño estaba sano y salvo. Salieron los dos por la ventana y dejaron atrás la casa en llamas. Salvo unos cortes provocados por los cristales de la ventana, todo salió afortunadamente bien.
La madre feliz tomó a su pequeño en brazos y pudo abrazarlo. Segundos después el misterioso estudiante había desaparecido del lugar justo cuando el techo de la casa se desplomaba y la habitación del niño ardía en llamas.
El estudiante que salvó al niño volvió a su vida cotidiana y nunca más supo del niño al cual había salvado la vida.
El periódico local escribió un poco sobre el desagradable incendio pero la información era bastante escasa. Un amigo del estudiante desconocido se puso en contacto con el periódico para informarles de que dicho estudiante se llamaba Freund.
La familia no pudo nunca encontrar a este héroe desconocido, para darles las gracias.
Y fue al escribir Cyndee Farr-Gutiérrez, una de las pequeñas que se encontraban fuera de la casa en pijama, una redacción sobre el incendio de la casa en el colegio, cuando sucedió algo.
Redactó una carta de agradecimiento que envió al periódico local The Fresno Bee y les pidió que la dieran forma de anuncio.
Si el estudiante «Freund» todavía vivía en la zona, quizá pudiera verlo.
Los periodistas del periódico The Fresno Bee decidieron ayudar a Cyndee a encontrar al hombre que salvó la vida a su hermano pequeño en 1971. Y finalmente lo consiguieron.
A finales del año pasado, ella y su hermana visitaron por primera vez a Rick Freund y pudiendo finalmente manifestar su agradecimiento.
Y Freud supó en este encuentro que había salvado a un niño de nombre Robert «Bobby» Magee. Bobby tiene hoy 47 años y vive a las afueras de Fresno y trabaja como carpintero.
Bobby también es dueño de un terreno de cultivo en Fresno, donde está periódicamente. Y además ayuda a gestionar una organización de donantes de sangre, que suele visitar la zona con un autobús que recoge donaciones de gente solidaria.
«Solemos trabajar duro para conseguir donaciones de sangre, y creo que es de lo que más orgulloso estoy. Poder salvar cada año vidas humanas a través de las donaciones». Bobby añade que este proyecto ha conseguido 18.000 donaciones en los últimos 18 años.
Tras el encuentro y el agradecimiento de las dos hermanas, Bobby y su familia quedaron con Rick Freund en un restaurante. Bobby entonces supo que Freund había sido policía militar en el ejército y que era dueño de una empresa de camiones.
Desgraciadamente la madre de Bobby, Carol, nunca pudo dar las gracias a Freund, cara a cara. Había fallecido en el año 2003. Sin embargo ella había escrito una carta de agradecimiento, de parte de Bobby, que Freund pudo leer años más tarde.
Esto es lo que escribió la madre:
Me sacaste del incendio y me diste seguridad y desapareciste antes de que mis padres pudieran mostrar su agradecimiento. Es posible que los héroes no quieran que se les agradezca.
Sin embargo agradecer no compensa lo suficiente el hecho de que salvaras mi vida. Pero sé que mi madre y mi padre harán todo lo posible por enseñarme lo que está bien y lo que está mal, y me enseñarán también a hacer precisamente lo que tu hiciste.
Tú supiste lo que tenías que hacer y lo hiciste. Nunca lo olvidaremos.
Bobby
Es obvio que lo ocurrido ha influido en la forma de ser de Bobby, él también salva vidas hoy, aunque de una forma más organizada.
Para Rick Freund, no sería la primera vez que actuaba como un héroe en el momento correcto. De hecho, rescató a otro desconocido utilizando el método de primeros auxilios -Heimlich- y también salvó la vida de un hombre en un funeral. Años más tarde, Rick rescató a un perro en una cacería que sufría un ataque cardíaco.
Rick ha sido condecorado como héroe varia veces. Una de las razones resume bastante bien la historia de su vida.
«Ves algo y respiras profundamente. Y si ves que nadie más va a ayudar entonces haces lo que tienes que hacer y ayudas tú!
Cada vez que nos encontramos ante una situación en la que se necesita nuestra ayuda, debemos elegir – ¿nos implicamos o solo miramos?
Una tarde verano del año 1971 un joven vio a una familia que necesitaba ayuda urgente. Y él se la ofreció. Este joven ha continuado así durante toda su vida. Lo importante no era que obtuviera algún reconocimiento. Lo importante es que finalmente el niño a quien salvo se ha dedicado la mayor parte de su vida a salvar la vida de muchos más.
¡Creo que esta historia merece ser compartida!