En muchos ámbitos se está produciendo un intensivo debate sobre si los padres deben vacunar a sus hijos.
Algunas personas argumentan que las vacunas solo están disponibles para que las compañías farmacéuticas ganen más dinero, algunas creen que la vacuna tiene más contraindicaciones que beneficios.
El médico británico Andrew Wakefield probablemente fue más lejos cuando en 1998 afirmó (erróneamente) que había una conexión entre la vacuna contra el sarampión y el autismo.
Pero a pesar de ello los padres se remiten a estos antiguos estudios cuando quieren abstenerse de vacunar a sus hijos contra el sarampión.
Sin embargo la gente comienza a darse cuenta del problema en el momento en que se produce una tragedia real.
No es preciso que un niño muera de manera innecesaria, pero eso fue exactamente lo que le sucedió a Dragana Petrovic y su hija Nadja.
Ahora la madre espera que todos lean su historia y que entiendan las consecuencias que tiene el no vacunar a un niño.
Dragana Petrovic permaneció mucho tiempo en el hospital tras diagnosticarle a su hija una hipocalcemia.
La hipocalcemia conlleva un aumento del nivel de calcio en la sangre y es una enfermedad causada principalmente por la deficiencia de la vitamina D, pero puede ser difícil de detectar.
Debido a su situación, Nadja no se pudo vacunar como los demás niños. Lo que la hizo muy sensible a enfermedades mortales como las paperas, el sarampión y la rubéola.
”Esperábamos que su sistema inmunológico pudiera protegerla», escribe esta madre de Serbia en su Facebook.
Desgraciadamente esto no ocurrió. Nadja ya se había contagiado de sarampión. Se lo había transmitido un niño que compartía habitación con ella en el hospital.
Esto obviamente nunca debía haber pasado pero ni los médicos, ni el propio hospital, se dieron cuenta de ello.
Cuando su hija de dos años comenzó a tener fiebres altas, el corazón de Dragana se quedó se paralizó.
La madre se dio cuenta en seguida de que esta situación podía acabar muy mal.
«Nadja estaba muy cansada, apenas podía respirar, se hinchó y su nariz y boca sangraba. Los labios se pusieron morados. Por la noche la ingresaron en cuidados intensivos. A las 4 de la mañana le pusieron respiración asistida mediante un tubo en la nariz. Las constantes de la niña seguían bajando. Y finalmente sufrió un infarto de miocardio. Pero con medidas de reanimación, Nadja sobrevivió, cuenta Dragana.
Desgraciadamente el peligro seguía estando muy cerca.
Durante tres meses, el pequeño cuerpo de Nadja luchó contra la infección. Pero a principios de abril, la niña perdió la batalla y su corazón dejó de latir.
Ahora Dragana trabaja duramente para que lo que le ocurrió a su hija no vuelva a suceder. Y comparte esta desgarradora historia para que los padres que no tienen intención de vacunar a su hijos se lo piensen dos veces.
Terrorífico desarrollo
En muchos países afortunadamente se ha conseguido parar el sarampión durante mucho tiempo, al estar incluida en el programa de vacunación para niños, una vacuna muy efectiva contra esta enfermedad.
Pero en los últimos años cada vez más padres, debido a creencias religiosas o porque creen que sus contraindicaciones son peores que la enfermedad, han optado por no vacunar a sus hijos. Esto está produciendo una avance terrorífico que debemos parar.
”He compartido esta historia para enseñar a los padres que dudan sobre los beneficios de las vacunas. Todos los niños tienen el derecho de protegerse contra las enfermedades contagiosas. Nadja fue una víctima que tuvo que pagar con su propia vida, y esto muestra las consecuencias de esta terrible enfermedad. Ahora depende de vosotros si queréis compartir esta historia para que nadie tenga que sufrir lo que yo sufrí. Mi ángel me dejó muy pronto pero pienso luchar para que no se la olvide y para que nadie tenga que pasar por lo que yo sufrí».
No vacunar a tus hijos no solo pone en peligro su vida – sino también la de muchos otros.
Permítenos compartir la historia de Nadja. Debemos luchar para que todos los niños tengan el derecho a vivir.