Ally Opfer de 22 años era una mujer muy activa, entrenadora de un grupo de animadoras de un equipo, y ella no tenía problemas de salud que conocía.
Cuando de repente comenzó a sentir dolores muy fuertes la llevaron al hospital, pensando que tenía problemas renales. Lo que descubrieron sin embargo, era algo de lo que Ally no tenía ni idea. Estaba embarazada y en minutos iba a dar a luz.
Cuando Ally Hopfer de 22 años ingresó en el hospital pensando que le iban a quitar cálculos renales, los médicos se dieron cuenta de que estaba embarazada de nueve meses.
– Estaba en chock. No podía creer que era verdad. Mi madre me dijo que me había quedado blanca, dice Ally al canal de televisión Inside Edition.
Ally tuvo menos de 30 minutos para asimilar la noticia, ya que el bebé estaba a punto de nacer. En menos de media hora comenzó la comadrona a sacar al bebé.
Las pruebas de embarazo dieron negativo
Ally no sabía que estaba embarazada entre otras cosas porque su menstruación era muy irregular. Por ello no reaccionó cuando dejó de tener la regla. Con el paso de los meses, ella se hizo una prueba de embarazo en casa para estar segura y salió negativo. Entonces dejó de pensar en ello y continuó con su vida.
Tuvo un hijo que se llama Oliver
Aunque si es cierto que engordó varios kilos, no se notaba diferente para nada. Los médicos explican el inconsciente embarazo de Ally por la posición diferente de Oliver en su estómago. Lo que suele explicar que haya mujeres que no tengan ni idea de su embarazo.
Hoy Ally tiene un bebé de dos años cuyo nombre es Oliver. Es un bebé totalmente sano. Ally explica la fuerte unión que existe entre ella y el niño.
– No me di cuenta de lo mucho que lo necesitaba hasta que no lo tuve», comenta Ally a Inside Edition.
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