Marissa Rundell es una mamá que sabía que sería un reto viajar con su bebé en el avión. Como otros padres de niños pequeños, estaba un poco ansiosa a la hora de volar con su hijo de 8 meses, Mason.
Todo parecía ir según el plan y Mason estaba tranquilo cuando Marissa se sentó. Pero de repente, el viaje se volvió turbulento cuando otra pasajera también buscó su asiento.
Como Marissa, la mujer estaba sentada al final del avión y estaba enojada por el asiento que le asignaron.
«Llegó al final y tiró sus maletas al suelo. Dijo: «esto es jod******** ridículo. Es una mi**** tener que sentarme al final del avión», contó Marissa a Daily Mail.
Marissa pidió a la mujer que dejara de maldecir, pero fue ignorada.
«Le dije otra vez, por favor modere su lenguaje y me dijo que cerrara la boca. Ahí es cuando una azafata vino y me preguntó cuál era el problema», explicó.
Entonces la mujer dijo a la azafata que no quería sentarse junto a un bebé y estaba furiosa.
La azafata Tabitha escuchó pacientemente las quejas de la mujer y le ofreció tomar el siguiente vuelo, lo que la hizo enfurecer más. Ahí es cuando amenazó con hacer que despidieran a la azafata, pidiendo sus datos y diciéndole que no tendría trabajo al día siguiente.
Tabitha accedió felizmente y le dio sus datos a la pasajera maleducada.
Pero había tenido suficiente e informó a la pasajera que tenía que bajarse del avión. La enojada pasajera se disculpó y pidió a la azafata que lo reconsiderada.
Sin embargo, Tabitha llamó a un agente y pidió que la pasajera fuera expulsada del avión.
La pasajera maleducada continuó intentando hablar para salir airosa de la situación, pero minutos después, regresó a su asiento para recoger sus pertenencias y abandonar el avión.
Marissa, por otra parte, quedó agradecida por siempre con la ayuda que recibió de Delta Airlines.
«La tripulación del vuelo fue absolutamente increíble», dijo Marissa a Daily Mail.
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