Madre desobedece la orden del médico sobre su hija «enferma» – su respuesta escandaliza a los médicos

Que a una mamá le digan que es mejor que la vida que lleva en su vientre no llegue nunca al mundo, es un golpe tremendamente duro.

No me quiero ni imaginar la pesadilla que tiene que ser tener que enfrentarse a la decisión de abortar, cuando te dicen que tu bebé no tiene posibilidades de sobrevivir.

Esta es la difícil situación a la que se tuvo que enfrentar Candelaria. Pero ni ella ni su esposo estaban dispuestos a rendirse e ban a demostrar a los médicos, y al mundo, que estaban equivocados.

Candelaria Lucca es una mamá argentina que tenía ya dos hijos cuando recibió la feliz noticia de que volvía a estar embarazada.

Candelaria y su esposo, Luis María Caballero, esperaban con ilusión la llegada de su tercer hijo, una niña. Pero en una revisión rutinaria los médicos le dieron la noticia que ningún padre o madre quiere escuchar.

candelaria lucca
Fuente de la foto: Instagram

«Estaba en la semana catorce y los estudios indicaban que mi bebé era inviable, sin posibilidades de vida fuera del útero materno; y que muy probablemente moriría durante la gestación», cuenta Candelaria en el periódico La Nación.

Candelaria cuenta que los médicos de Barcelona (ciudad en la que vivían ese momento) le dijeron que, en el hipotético caso de que sobreviviera, la niña nunca podría caminar.

candelaria Lucca
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«¿Para qué prolongar este sufrimiento? ¿Para qué seguir, si al final el resultado sería el mismo? Eso nos decían en un lugar donde el aborto es legal, gratuito y al alcance de todos», cuenta Candelaria.

Los médicos le dijeron que el procedimiento era muy simple y en unas horas estaría todo resuelto.

«Los médicos nos aconsejaban con la mente y el corazón fríos. Sin tener en cuenta que aquello de lo que hablaban era nuestra hijita», escribe Candelaria en La Nación.

Rochi sindrome de down
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«Con esas palabras que martilleaban mi cabeza, con el corazón desolado, solos con mi marido, en un consultorio gélido desde lo humano, no pudimos hacer otra cosa que llorar desconsoladamente, aceptando que el futuro de nuestra hija era incierto y, seguramente, muy difícil. Pero así, abrazados, seguimos adelante», cuenta Candelaria.

Y no nos arrepentimos

Candelaria y Luis María tomaron su decisión, seguirían adelante con el embarazo, su hija se merecía la oportunidad de llegar al mundo, y ahora no pueden estar más felices con su decisión:»Y no nos arrepentimos. Es más, somos felices», afirma esta valiente mamá.

Rochi
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«Nuestra bebé sobrevivió, nació y empezó a crecer. Es la misma a la que veíamos chuparse el dedo en las ecografías, moviéndose cuando acariciábamos mi panza. Y todos los miedos y angustias que teníamos, empezaron a desvanecerse en el aire. Nuestra Rochi nos ha mostrado, una y mil veces, que los obstáculos se superan con mucho amor, paciencia, confianza, ayuda, optimismo, Fe y miles de cosas más que nos hacen más humanos y más personas. Y eso es lo que, a fin de cuentas, todos queremos ser en esta vida», escribe Candelaria.

rochi sindrome de down
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Hoy Rochi tiene casi tres años, tiene síndrome de Down y sufre una insuficiencia renal crónica. Actualmente está en diálisis y a la espera de un trasplante de riñón, pero es una niña encantadora que lucha con fuerza para superar todos los obstáculos, como ha hecho hasta ahora.

Ahora su madre no puede dejar de pensar que si hubiese seguido los consejos de los médicos: «Me hubiera perdido esa mirada especial, esa mirada transparente, esos ojitos que dicen tanto, y sobre todo hablan de amor. Me hubiera perdido sus risas contagiosas, su risa cómplice con sus hermanos, su risa que inunda toda la casa y vuelve de colores un día gris».

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«Me hubiera perdido escuchar su voz diciéndome ¡Mamá! y escuchar llamarnos a todos, a cada uno de los miembros de nuestra gran familia, por su nombre. Siempre de a poquito, despacito, dando todo por superarse.»

«Me hubiera perdido sus llantos a mitad de la noche, pidiendo abrazos y mimos porque tuvo pesadillas, o porque le duele la panza.»

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«Me hubiera perdido miles de idas al médico, en las que, durante la espera, ella aprovecha para saludar, tirar besos, pasar de brazo en brazo de personas que acaba de conocer.»

«Me hubiera perdido sus abrazos espontáneos y sus besos tirados con la mano, que pueden cambiar un día duro, en un segundo.»

Rochi
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«¿Qué hubiera pasado? Me hubiera arrepentido para siempre. Yo no sería la misma, la familia entera no sería la misma, la sociedad no sería la misma. Sólo ella le da una cualidad especial a nuestra familia. Sólo ella brilla con esa luz tan propia. Ella nos ha demostrado, con su vida, que no sobra. Que nadie sobra. Que todos venimos al mundo con una misión.»

Candelaria Lucca
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Esta mamá llena de amor termina su relato con esta contundencia:

«Su misión es clarísima: lograr una sociedad más justa y con más amor, donde las discapacidades sean tenidas en cuenta y abrazadas con respeto.»

No creo que se pueda añadir nada más. AMÉN a lo que dice esta madre. Te invito a compartir su mensaje, porque todas las vidas merecen ser vividas. Rochi, pequeña preciosa, te deseamos toda la suerte del mundo para encontrar ese riñón que necesitas ❤️