El tráfico de seres humanos es un problema conocido en todo el mundo. Aun así miles de hombres, mujeres y niños continúan siendo víctimas de este crimen cada año.
No discrimina; está presente en todos los países. De hecho, es más común en los países del primer mundo de lo que mucha gente imagina.
Esta historia en particular se enfoca en un evento que ocurrió en Corea del Sur. La cajera Kim estaba trabajando en su turno habitual en una tienda en la ciudad. De repente, un grupo de hombres entró y Kim sospechó de ellos desde el primer momento.
Varios minutos después, cambió su vida de una joven y aterrorizada chica.
Kim estaba trabajando en su tienda local cuando un grupo de hombres y una mujer entró. Los hombres parecían cansados y Kim pensó que se comportaban de forma extraña. En cuanto a la mujer, se la veía asustada.
Kim ve a mucha gente entrar y salir de la tienda cada día, y ella inmediatamente entendió que algo estaba mal. Se quedó mirando a la mujer y trató de llamar su atención.
La mujer se alejó de los hombres, cautelosamente; haciendo ver que buscaba algo más allá en la tienda. En lugar de eso, se acercó a Kim. Cuando los hombres no miraban, la mujer pasó a Kim una nota.
El trozo de papel contenía un mensaje, uno escrito en tres idiomas diferentes. La instrucción era clara: la mujer necesitaba ayuda.
Ella había escrito que estaba siendo retenida contra su volutand en el cuarto piso de la casa y necesitaba ayuda de la policía. También apuntó que ella estaba «trabajando ilegalmente».
Kim entendió a seriedad del asunto. También sabía, sin embargo, que ella no podía enfrentar a los hombres sola. Kim tenía que idear un plan… y rápido.
Cuando el grupo pagó, pidió a la mujer su número de teléfono, explicando que la tienda necesitaba registrarla para el sistema de bonos. Los hombres se creyeron el truco de Kim y le dieron su número.
Tan pronto como dejaron el local, Kim llamó a la policía y les contó lo que estaba escrito en la nota que había recibido. También les dio el número de teléfono que le habían dado los hombres.
Rastrear el número
La policía fue capaz de trazar el número hasta un edificio cercano. Allí descubrieron un negocio llamado «Kiss Room», que parecía ser un burdel.
Arrestaron a cinco hombres en el lugar y encontraron a cuatro mujeres cautivas y utilizadas con fines sexuales. Una de ellas era la mujer que habló con Kim en la tienda.
Las mujeres habían sido retenidas contra su voluntad por varios meses. Uno sólo puede imaginar lo que habrán tenido que soportar.
Sin embargo, la historia no termina ahí.
La policía continuó investigando el negocio y encontró una lista de clientes, más de 300, que habían visitado el burdel. Increíble que tantas personas estuvieran dispuestas a explotar a esas mujeres contra su voluntad.
Gracias a los valientes esfuerzos de Kim, se terminó con el negocio y las mujeres involucradas recuperaron su libertad.
Por favor, comparte esta historia para rendir tributo al heroismo de Kim.