Cuando Carla Jacinto tenía solo 12 años, conoció al amor de su vida. Ella venía de una familia destrozada y cuando el hombre, diez años mayor que ella, la trató como a una princesa, Carla cayó totalmente en sus redes.
Le hizo miles de promesas y ella escapó con el hombre a otra ciudad, Tenancingo en México. Pero nada resultó ser como parecía.
En realidad el hombre resultó ser un proxeneta y después de haber vivido juntos tres meses, se fue con ella a Guadalajara. Allí la obligó a vivir vendiendo su cuerpo en la calle.
Desde las 10 de la mañana hasta las 12 de la noche Carla debía estar en la calle. Estaba obligada a conseguir alrededor de 30 clientes en un día.
Era imposible intentar escapar. Convencieron a Carla y a todas las otras jóvenes de que no había nadie que se preocupara por ellas.
Los proxenetas les dijeron que tanto la policía como los curas venían también a comprar sexo. Por lo tanto, las chicas no creían que existiera nadie que las pudiera ayudar en el caso de que escaparan.
”Los policías uniformados entraban en la habitación y estábamos obligadas a hacer lo que nos pedían. Podía durar tres o cuatro horas», cuenta Carla. ”Los aborrecía. Ellos sabían que era una menor de edad».
Durante los cuatro años en los que se vio obligada a vender su cuerpo, Carla relata que tuvo que tener sexo 43.200 veces.
Muchas veces lloraba mientras los que la violaban se reían de ella.
”Me obligaba a cerrar los ojos para no ver lo que me hacían, y así de esa manera tratar de no sentir nada».
A la edad de 16 años llegó su salvación a través de una organización que ayudaba a los chicos y chicas jóvenes víctimas de la trata y del tráfico humano. Por fin pudo escapar de un infierno que duró cuatro años.
A pesar de la experiencia tan traumática vivida, ella no ha perdido la esperanza. Tras su liberación comenzó a trabajar en la organización ayudando a otros a escapar.
”Nunca hubiera creído que la chica que se ponía en la esquina de la calle con los zapatos de tacón alto, y que parecía una prostituta, fuera tan fuerte, cuenta Carla a CNNs Freedom Project. ”Hoy en día hay mucha gente que me escucha».
Para muchos hubiera sido impensable continuar viviendo en un mundo que tanto daño le había hecho e incluso poder hablar abiertamente sobre lo ocurrido, incluso para Carla.
Hoy ella ha elegido hablar en público sobre lo vivido, para que la gente sepa lo terrible que es y el daño que realmente ocasiona.
Carla tiene como objetivo difundir el conocimiento y la información necesaria para evitar que muchos chicos y chicas tengan el trágico destino que ella tuvo hace unos años. Hoy Carla tiene 24 años.
¡Qué mujer más increíblemente fuerte! A pesar de la pesadilla vivida, ella mantiene la cabeza alta y dedica su tiempo a ayudar a los demás.
Aquí puedes ver un vídeo sobre Carla:
Comparte para ayudar a Carla a difundir el conocimiento y la información sobre estos terribles hechos. Le deseamos la mayor de las suertes en su importante y actual trabajo