Hombre machista le hace una petición a su esposa – 3 días después se da cuenta de su terrible error

Una de las cosas más importantes a la hora de llevarse bien en casa es que tanto el esposo como la esposa ayuden con las tareas. Ya sabes, limpiar, lavar la ropa, los platos y cosas así. Aunque algunas de estas actividades a veces pueden ser relajantes, no es exactamente algo que apetezca hacer.

Siempre han sido las mujeres las que se han ocupado de casi todas las tareas domésticas, pero afortunadamente vivimos en una era más moderna, y creo que hoy en día en algunos países estas tareas domésticas se están repartiendo mejor en la pareja.

Esta divertida historia trata sobre 3 hombres que tenían una opinión distinta. Todos dijeron a sus esposas que mantener la casa limpia era un trabajo de mujeres, ¡y la reacción de la última esposa no tiene precio!

Tres hombres están sentados juntos en un banco del parque, disfrutando del día soleado y alardeando de sus esposas.

El primer hombre, Dick, les dijo a sus amigos que se había casado con una mujer de Minneapolis. Se jactó de haberle dicho en términos muy claros:

«Cuando regrese del trabajo, quiero que la casa esté limpia y ordenada».
Él no vio ningún cambio en el primer día. Pero en el segundo día, la casa estaba limpia y ordenada.

Luego, el segundo hombre, Brandon, le dijo a los hombres en el banco que le había dicho su esposa:

«Cuando regrese del trabajo, quiero que la casa esté limpia, que laves la ropa y quiero que haya comida lista en la mesa».

El primer día no vio ningún cambio y tampoco el segundo día.

Pero al tercer día, fue como él había pedido.

Respuesta inesperada

El tercer hombre, Chad, se casó con una mujer de Villanueva y un día le dijo:

«Como mujer, es tu trabajo lavar la ropa, cortar el césped, limpiar la casa y preparar la cena y que esté todo listo cuando regrese del trabajo. ¿Y realmente quieres ponerte eso hoy? Sabes que odio el color púrpura».

El primer día no vio nada y tampoco en el segundo o el tercer día.

El cuarto día, pudo ver un poco con su ojo izquierdo y tenía suficiente movilidad en su mano derecha como para hacerse un sándwich y poner los platos en el lavavajillas…

¡Nunca te metas con una mujer! ¡COMPARTE esto si te reíste!