Fue el luchador por la paz Nelson Mandela quien lo dijo primero. «Siempre parece imposible hasta que está hecho».
Imposible, si. Hay muchas cosas en el mundo que parecen imposibles, donde no hay esperanza. Pienso por ejemplo en nuestro medio ambiente. Viendo como los hielos se deshacen, la temperatura aumenta, y el reino animal y vegetal se debilita, uno puede preguntarse en qué mundo realmente tendrán que vivir nuestros hijos y nietos.
¿Podemos hacer algo al respecto? ¿Haremos algo al respecto? ¿O es ya muy tarde – es ya …imposible?
Esta es la historia del fotógrafo Sebastião Ribeiro Salgado desde sus inicios.
Hace mucho tiempo fue un paraíso tropical. Sebastião Ribeiro Salgado recuerda la propiedad de su familia en Minas Gerais, Brasil como un oasis próspero de vegetación, lleno de vida y con un bosque que florecía.
Años más tarde Sebastião volvió por voluntad propia a Minas Gerais, tenía que recuperarse de una experiencia laboral traumática tras cubrir las noticias del genocidio en Ruanda.
Quería tomarse un tiempo y alejarse de aquello terrible – y decidió quedarse con el antiguo rancho de su familia, que recordaba frondoso y cálido en su niñez.
Pero el reencuentro de Sebastião con Minas Gerais fue otra tragedia. El bosque había quedado devastado totalmente – en tan solo un 0,5% del suelo crecían árboles – y el reino animal en principio había desaparecido. Era el año 1994 y el lugar se había transformado en un desierto.
» La tierra estaba tan enferma como yo. Todo estaba destruido ”, le dijo a The Guardian.
Posted by Instituto Terra on Monday, July 7, 2014
Estaba ante una visión devastadora pero muy pronto Lélia la mujer de Sebastião tuvo una idea. ¿Podrían plantar ellos todo un bosque?
Parecía imposible, todo el valle tenía un área de casi 7,000 hectáreas, pero la pareja todavía quería intentarlo. Debían hacer algo para salvar la naturaleza de la amada ciudad natal de Sebastião.
Así que se instalaron en ese desierto y plantaron un árbol. Y luego otro, y otro más.
Crearon la organización medioambiental llamada «Instituto Terra» que salvaguardaría el desarrollo sostenible en el área del Valle del río Roce, y finalmente lograron que ese área fuera calificada de reserva natural privada donde nada más podría ser devastado.
Fueron años de esfuerzo y dedicación exclusiva, pero poco a poco comenzaron a ver los cambios.
Posted by Instituto Terra on Thursday, July 3, 2014
Los árboles comenzaron a crecer. Se recuperó la vida animal. El ecosistema volvió a tomar fuerza de nuevo y la tierra comenzó a tomar de nueva su forma de paraíso tropical.
”Los insectos, los pájaros, los peces volvieron de nuevo. Gracias al crecimiento y desarrollo de todos los árboles volví incluso a nacer yo mismo. Fue un momento extraordinario» dice Sebastião a The Guardian.
20 años después la pareja ha plantado más de 2 millones de árboles, Y gracias a la vegetación, cientos de especies animales, que una vez fueron expulsados, han regresado.
El valle se compone ahora de 293 especies de árboles, 172 especies de aves, 33 especies de mamíferos y 15 especies de reptiles y anfibios, muchas de las cuales estaban en peligro de extinción.
Y lo más importante de todo es que el valle ha vuelto a ser lo que era antes, un oasis de verdor.
Quando se trata de Restauração Ecossistêmica a natureza precisa de mais que 10 anos. Veja o que o Instituto Terra já…
Posted by Instituto Terra on Friday, January 18, 2019
Estos millones de árboles nuevos han conseguido influir en el clima local.
El aumento de temperatura se han detenido puesto que el dióxido de carbono en la atmósfera se ha absorbido y se ha convertido en oxígeno.
”Puede que hayamos encontrado una solución. Solo hay un solo organismo que puede convertir el dióxido de carbono en oxígeno, y son los árboles. Debemos plantar más bosques”.
«Necesitamos plantar bosques con árboles nativos, y necesitamos recolectar las semillas del mismo área donde están plantados, donde no haya serpientes o termitas. Si plantas bosques que no pertenecen a esa zona, entonces ni los animales ni el bosque se desarrollarán».
A reconstrução de uma floresta vai além do plantio de mudas nativas. Florestas não são apenas árvores. As interações…
Posted by Instituto Terra on Friday, July 31, 2015
Sebastião y Lélia ha demostrado que se pueden cambiar las cosas y que hay esperanza para los problemas medioambientales. Y lo que han hecho es una solución genial.
Sin árboles, las temperaturas aumentan. Y con temperaturas muy elevadas, los animales y las plantas no pueden vivir en el mismo área donde un tiempo pudieron desarrollarse y multiplicarse. El nivel del agua baja, y los animales y las plantas mueren.
Pero gracias a todos los árboles plantados, el valle en Minas Gerais pudo poco a poco recuperarse.
Quizá no podamos plantar los suficientes árboles como para marcar la diferencia en la tierra – pero Sebastião y Lélia nos han enseñado una importante lección.
¡Todo parece imposible hasta que está hecho!
[arve url=»https://www.youtube.com/embed/p0Aw3JEtQoU» /]
Cada pequeña acción supone una gran diferencia y con voluntad y dedicación todos podemos influir en nuestro entorno.
Comparte esta historia si eres de la misma opinión.