Creo que todos hemos tenido un especial vínculo con nuestras abuelas. Suelen ser cariñosas y no siguen unas reglas tan estrictas como nuestros padres.
Suelen ayudarte a hacer pasteles, te compran merienda rica y a veces te llevan a divertidas excursiones.
Incluso si se trataba de ir a la vuelta de la esquina, mi abuela trataba de hacer que esta excursión fuera algo apasionante, una aventura de piratas con un tesoro escondido debajo de alguna piedra.
Al hacerme mayor entendí claro que no había piratas cerca de la casa de mi abuela pero ella fácilmente podía convertir un día normal en algo mágico.
Lo que de ninguna manera debemos hacer con las abuelas es discutir. Porque nunca se sabe cómo puede esto terminar. Al menos si se trata de Winifred Peel, de 77 años, de Wirral, Gran Bretaña, una abuela de armas tomar.
Creo que todos hemos tenido un especial vínculo con nuestras abuelas. Suelen ser cariñosas y no siguen unas reglas tan estrictas como nuestros padres.
Suelen ayudarte a hacer pasteles, te compran merienda rica y a veces te llevan a divertidas excursiones.
Incluso si se trataba de ir a la vuelta de la esquina, mi abuela trataba de hacer que esta excursión fuera algo apasionante, una aventura de piratas con un tesoro escondido debajo de alguna piedra.
Al hacerme mayor entendí claro que no había piratas cerca de la casa de mi abuela pero ella fácilmente podía convertir un día normal en algo mágico.
Lo que de ninguna manera debemos hacer con las abuelas es discutir. Porque nunca se sabe cómo puede esto terminar. Al menos si se trata de Winifred Peel, de 77 años, de Wirral, Gran Bretaña, una abuela de armas tomar.
Winifred estaba un día ante un cajero automático con la intención de sacar dinero.
Mientras estaba allí de pie, tecleando su código secreto, se dio cuenta de que alguien se acercaba por detrás. Antes de que pudiera reaccionar, el hombre la empujó para que perdiera el equilibrio. Y de inmediato aparecieron dos hombres más.
No se trataba de unos chicos que tenían prisa, eran ladrones. Y si Winifred no actuaba rápido se quedaría rápidamente sin dinero en la cuenta.
Uno de ellos se abalanzó sobre Winifred para intentar quitarle 200 libras de su cuenta.
Se vio obligada a actuar rápido
Cuando uno de los hombres trató de sacarle más dinero de su cuenta, Winifred puso en marcha su plan.
La mujer agarró del cuello al hombre y le aplastó la cabeza contra el cajero automático tan fuerte como pudo.
Tres veces logró golpear su cabeza contra el cajero automático antes de que los hombres huyeran del lugar con la cola entre las piernas.
Winifred llamó a la policía y los tres hombres fueron arrestados el mismo día.
Una de las razones por las cuales uno de los ladrones fue rápidamente identificado, fue por la sangre que tenía en su rostro debido a la rápida reacción de Winifred.
Los hombres confesaron más tarde su participación en el robo y ahora cumplen su castigo en el penal para jóvenes.
Según el fiscal, los tres hombres que llegaron desde Liverpool se dirigieron por Winifred porque pensaban que era una víctima fácil.
”No les importó cómo me pudiera afectar. Y puedo decir definitivamente que eso ha cambiado la vida. Nunca confiaré tanto en las personas como antes lo hacía», dice Winifred en una entrevista para el periódico británico Metro.
Gracias a que ella ha crecido con tres hermanos fuertes, y que va al gimnasio, cuatro días a la semana, la mujer tenía una fuerza con la que los ladrones no contaban.
¡Bien hecho Winifred! Espero que estos tres hombres hayan aprendido la lección.
¡Nadie debe robar a nadie, pero que tres jóvenes se enfrenten a una abuela de 77 años es algo escandaloso!
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