No sé ustedes, pero a medida que pasan los años y yo envejezco, no puedo evitar sacudirme la sensación de que hay ciertas cosas positivas de la sociedad que parecen haberse olvidado completamente.
El respeto es una de esas cosas. No solo el respeto a nuestros padres, sino también, entre otros, el respeto a los maestros, a los policías, los enfermeras y agricultores,
Sin embargo, creo que lo que más extraño de mi infancia es un sentido de espíritu comunitario y amor. Para tratar de definirlo mejor, quizá se trata más de la sensación de que las personas que viven en la misma zona, ya sea una ciudad, un pequeño pueblo, o hasta un barrio, casi se convierten en una gran familia.
Pongámoslo de esta manera: cuando era joven, podía decirte los nombres de todos en mi calle. Podía salir y casi todas las casas me invitaban a entrar. Saludaba al lechero y al cartero cada vez que pasaban, y podía jugar hasta el anochecer con la seguridad de que todos y cada uno de los adultos que vivían cerca de la casa de mis padres me cuidarían.
Ahora, pues sí existen de este tipo de comunidades, pero no son las más comunes, por decirlo así.
Es por eso que historias como esta realmente ayudan a aleggrarme el día.
Ben Bird ha trabajado como basurero en Midlands, en el Reino Unido, durante muchos años. La naturaleza de su trabajo significa que entra en contacto con el público – su trabajo hace que vea las mismas personas varias veces en sus repetitivas rondas de trabajo.
Sin embargo, siempre había una persona con la que le gustaba tomarse un tiempo extra para hablar.
Para Ben, lo más emocionante de la semana era conversar la jubilada Mercy Ballard.
Según informes, Ben se ocupaba de la basura de Mercy todos los jueves y, finalmente, los dos empezaron a hablar. Resultó ser el comienzo de una amistad inesperada.
«¿Dónde está mi dama favorita?» Preguntaba y Mercy abría la puerta para hablar con él.
“Yo vacío el contenedor, vuelvo a subir y luego tenemos 10 minutos donde solo hablamos, ¿no es así?”
El artículo continúa debajo de la foto:
Fue durante una de esas «charlas» que Mercy mencionó que tenía más de 90 años. Ben le dijo allí mismo que no veía la hora de cantarle el cumpleaños feliz el día que cumpliera 100 años.
Así pasaron los años y la pareja continuó con sus discusiones semanales. Afortunadamente, Mercy mantuvo buena salud durante este tiempo.
Ben, que es un hombre de palabra, recordó la promesa que le había hecho a Mercy años atrás. Sin embargo, él decidió hacer algo más y le planeó pequeña sorpresa.
El día que Mercy cumplió 100 años, Ben fue a una panadería local y eligió un pastel para regalarle a su querida amigo. ¡Incluso lo decoró con velas para marcar el tremendo cumpleaños de Mercy!
En la mañana de su cumpleaños, Mercy se despertó y encontró a Ben y a varios de sus colegas en su puerta con la torta. Cuando salió para saludarlos, comenzaron a cantarle cumpleaños feliz….
Mercy se conmovió tanto que empezó a llorar…
Afortunadamente, para todos nosotros, el hermoso gesto, fue capturado en vídeo por uno de los compañeros de Ben. Y nada raro que el vídeo resultó ser un éxito total y recibió cuatro millones de reproducciones en YouTube.
De hecho, la noticia del gesto de Ben se extendió tanto que los equipos de noticias visitaron la casa de Mercy para poder entrevistar a la pareja en su sofá. La cumpleañera incluso recibió una tarjeta de cumpleaños de la reina Isabel.
Mercy le dijo a ITV News: “No hay muchos hombres que se interesan por una mujer mayor.´ Él es un papá maravilloso.»
Mira el video con la entrevista de Mercy y Ben acá abajo:
¡No sé ustedes, me encanta la amistad de Ben y Mercy! Creo que al mundo le vendría bien un poco más de positividad, y muchas veces son los gestos más pequeños los que tienen los efectos más grandes.
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