Hay un proverbio que dice algo así: Lo importante no es lo que hay debajo del árbol en navidad. Lo más importante es quién se reúne en torno a él.
Yo y muchos más están de acuerdo con este dicho. La Navidad es un periodo para estar con nuestros seres queridos y quizás recordar a los que ya no están con nosotros,
Esta historia tiene lugar en Sacramento, EEUU. Y tiene mucho que ver con lo mejor de la Navidad y el ambiente que debería prevalecer durante estas fiestas mágicas.
Alan Duffany, de 52 años, ha sido un indigente la mayor parte de su vida adulta. Vivía lejos de su familia, y ésta no sabía dónde se encontraba, ni sabía dónde buscarlo, escribe KCRA.
Pero lo que Alan no podía saber de antemano era que esta Navidad iba a ser muy especial. ¡Tendría un regalo de Navidad muy particular, difícil de olvidar!
Todo comenzó porque una mujer pasó junto a él. Reconoció a Alan pues solía colocarse por esas calles y se detuvo. La mujer se llama Jody Revak y no tenía que presentarse esta vez, ya que generalmente solía darle alguna moneda cuando se lo cruzaba.
Era un día normal de diciembre. Alan estaba como siempre en la calle pidiendo dinero. Jody se acercó a él con el auto, y bajó la ventana para preguntarle una cosa.
– Alan! ¿Si hubiera algo que quisieras que te regalara por navidades, qué es lo que te gustaría?
Alan la miró y respondió: «Si pudiera desear una cosa por navidad, desearía ver a mi hermana que vive en Tennessee.
¿Su respuesta?
– Te voy a conceder tu deseo.
¡Dicho y hecho! Judy buscó la ayuda de una amiga llamada Stephanie. Juntas consiguieron encontrar a la hermana de Alan. Y lo organizaron todo para que el indigente pudiera ir a su casa durante las navidades. Judy le compró un billete de autobús a la pequeña ciudad de Sneedville. Y allí esperaba muy ansiosa Rose que deseaba también volver a ver a su hermano.
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Antes del viaje Judy y Stephanie dieron al hombre algo de ropa. Para Rose, Judy y Stephanie son dos ángeles por traer a su hermano a casa durante las navidades. Rose dijo en una entrevista de televisión con KCRA que sentía mucha empatía por Alan.
– Pienso que nadie debe pasar la Navidad solo, dice ella.
¡Y estoy de acuerdo! Las navidades son para eso. Comparte para elogiar el gesto de estas dos fantásticas mujeres que ofrecieron algo a una persona que lo necesitaba.
