Desafortunadamente hay muchos grupos profesionales que no obtienen el reconocimiento que se merecen. En especial pienso en los que luchan día y noche, como enfermeras, policías y bomberos, para que estemos bien. Pero también pienso en profesionales como conductores de bus, conductores de tren o pilotos.
Porque si uno se pone a pensar, cuántas veces no nos han llevado de sitio a sitio durante horarios tardes o tempranos, mientras que nosotros solamente lo damos por hecho.
Miren por ejemplo al piloto Jeff Rowland en American Airlines. Durante sus 33 años trabajando transportó a más de 2 millones de pasajeros – pero pocos saben quién es la persona que los ha llevado a las vacaciones, a las conferencia o a la casa para verse con la familia.
Pero un día de este año el piloto Jeff decidió repartir una carta a los pasajeros antes que se encerrara en su cockpit.
En la carta hizo una confesión – y cuando el avión se lanzó al aire esta era la despedida final del piloto.
Durante 33 años Jeff Rowland había hecho algo con lo que muchos sueñan – había volado por todo el mundo, y además le habían pagado por esto.
Pero justamente este vuelo, una mañana en enero del 2018, iba ser su último.
Cuando los pasajeros se montaron al vuelo entre Los Angeles y Dallas se dieron cuenta de que Jeff había escrito una carta conmovedora. La carta estaba repartida en los puestos y estaba escrita del corazón.
Ya entenderán, era la hora de que Jeff terminara su carrera profesional de 33 años. Un último vuelo, antes de que siguiera con su vida.
A pesar de que Jeff sabía que muchos opinaban que los vuelos no siempre son buenos, que muchos se quejan de varias cosas, igual quería agradecerle a todos los que habían viajado con él.
«Más que todo me va hacer falta servirles, a mis queridos pasajeros. Haberlos transportado a destinaciones por todo el mundo, mientras que se han aguantado mis bobas exclamaciones, criticado cada aterrizaje y dado las gracias por un vuelo seguro, lo cual le ha dado sentido a este trabajo eterno», escribe Jeff en la carta.
Jeff había hecho más de 10 000 vuelos, transportado a 2 millones de pasajeros y manejado más de 28 0000 horas de vuelo por todo el mundo. Había vivido su sueño – ¡y no tenía nada que arrepentir!
«Gracias desde el fono de mi corazón. American Airlines solamente hizo un gran error conmigo… me pagaron, ¡y yo hubiera hecho esto gratis!»
La conmovedora carta conmovió a todos. ¡Qué despedida tan linda!
Y lo que es aun más lindo es que Jeff tuvo un fin tan lindo, como se lo merecía.
La familia estaba en primera clase, el avión había sido decorado con bombas y serpentinas – ¡y en Dallas lo esperaron con una despedida con cañones de agua en la pista de aterrizaje!
”Para ustedes y para los mejores colegas que uno puede tener, me despido con esto: Yo no voy a llorar por esto porque no se ha acabado, ¡voy a sonreír porque ocurrió! ¡Gracias!», escribe al fin de la carta.