Hoy en día me parece que somos muy malos en cuidarnos y cuidar a los demás, además somos malos en mostrar nuestra gratitud con los mayores.
Abrir la puerta o por ejemplo darle la silla a alguien mayor en el bus son cosas que ocurren menos y menos, me parece a mi.
Tal vez esto es el resultado de un mundo más egocéntrico, un desarrollo que se ve en grandes partes del mundo.
Pero a veces ocurren cositas que me dan esperanza. La historia de Gerry Suttle, de 75 años, es una de esas historias.
Gerry Suttle es una mujer de 75 años que ha vivido una vida tranquila toda su vida y siempre a seguido todas las leyes.
Pero hace unos años tuvo problemas con la ley. Un día le llegó una carta a la casa explicando que Gary tenía que estar en la corte y responder unas preguntas.
¿La razón? La hierba de su jardín había crecido más de lo que era permitido. Según la ley de Texas, donde Gerry vive, la hierba tiene que ser menos de 18 pulgadas.
Pero Gerry no conocía esta ley y además no fue a la corte después de un malentendido. La arrestaron en su ausencia.
Cuando un grupo de chicos de la zona escucharon sobre el caso actuaron inmediatamente.
Los chicos entendieron que algo estaba mal y decidieron cortarle la hierba a la dama de 75 años.
«Fue lo mínimo que pudimos hacer», dijo uno de los chicos.
Pero lo que hicieron los chicos se trataba de mucho más que cortar la hierba. También se trata de que le querían ayudar a su vecina para que no la sentenciaran a la cárcel. Los chicos también querían mostrar lo que es ser amable y lo que es tratar a los demás con respeto.
Pronto después de que los chicos empezaron a cortar la hierba los vecinos empezaron a darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Estaba haciendo sol y hacían casi 40 grados celsius en el sol, pero los chicos solo utilizaron un cortacésped normal para organizar el terreno.
Y pronto llegaron unos chicos más mayores, que también son vecinos, para ayudar. Sacaron unas máquinas más moderna y empezaron a ayudar a cortar la hierba.
Con la ayuda de todos lo lograron terminar en tan solo 2 horas.
Cuando Gerry salió y vio el resultado quedó muy sorprendida. Ella no podía creer lo que los chicos habían hecho, quedó muda.
”Muy pocas veces quedo muda, pero esta vez… Solo quedé boquiabierta», cuenta Gerry.
Gerry no entendió por qué los chicos se habían unido para ayudarla a una viejita así, sin ninguna razón. Pero ahora de nuevo tiene esperanza en la generación más joven.
Los niños nunca dudaron en ayudar.
«No nos podíamos quedar mirando, ¿y ella iba salir a cortar la hierba ella misma? «¿O iba a pagar una cantidad de dinero cuando nosotros lo podíamos hacer gratis?», dice uno de los chicos.
Si todos hiciéramos un gesto amable al día entonces el mundo sería un lugar mejor.
No importa si se trata de darle su silla a alguien en el bus, abrir la puerta o decir algo amable – lo que importa es hacer algo.
¡Te invitamos a compartir esté artículo si también opinas que estos chicos se merecen una estrella de oro por lo que hicieron!