Todas las familias tienen una historia, sea que lo quieran o no. Algunas son más felices que otras.
Hace un tiempo era bastante común que uno heredaba las empresas de sus padres, si es que tenían una.
El lujo de estudiar y elegir lo que uno quería hacer no existía de la misma forma que hoy.
Si el padre era zapatero tú también lo eras. Así funcionaban las cosas.
En la familia de David han sido campesinos durante mucho, mucho tiempo. Y durante varias décadas antes de que David naciera la tierra en la que trabajaban había pertenecido a sus ancestros
Y así había funcionado todo, hasta que una desafortunada decisión le dio el poder a un familiar que no quería lo mejor para la familia.
Más de 32 hectáreas de tierra que tenían a su disposición se vendieron a un pariente lejano y la propiedad de la familia desapareció. Lo que habían construido durante décadas había desaparecido en solo un segundo.
Durante toda su vida David soñó con recuperar el terreno de alguna forma, para reparar el negocio familiar otra vez.
Cuando la oportunidad por fin se dio él estaba plenamente feliz. Pero todavía faltaba mucho antes de que la familia puderia celebrar del todo, reporta goodnewsnetwork.com.
La tierra que habían perdido hace muchos años de repente apreció en una subasta. David se juntó con su padre y recogieron todo lo que tenían.
Iban a tratar de comprar la tierra, la tierra que una vez había sido de ellos. El problema era que habían casi 200 campesinos en la subasta. Y la probabilidad de que David y su padre ganaran la subasta no era muy alta.
Pero de toras formas lo iban a intentar. Iban a poner todo lo que tenían, y cuando llegó el turno de ellos hicieron su oferta.
Fue la primera oferta que se hizo en esta tierra, y ahora David y su papa nerviosamente estaban esperando a ver como se desarrollaba esto. Pero entonces de repente todo el cuarto quedó en silencio.
David no entendió lo que pasaba y el encargado de la subasta tampoco entendía nada. Quedó tan abrumado que decidió tomar una pausa en la subasta. Pero cuando regresó todo seguía en silencio. Ninguno de los otros campesino quería hacer una oferta en justamente esta tierra. Y como un milagro la tierra por fin regresó donde David y su familia.
Solo había una respuesta: Respeto
Y de verdad que fue un milagro. Un milagro compuesto de 200 campesinos de Nebraska, Estados Unidos, que todos mostraron sus corazones e hicieron lo que pensaban era correcto.
Y por fin David podía comenzar el nuevo y feliz capitulo de la historia de la familia.
Hasta hoy en día David recuerda muy bien la subasta, que ocurrió en 2011.
”He tenido dos días muy memorables en mi vida. El primero fue cuando nació mi hijo. El segundo es el día inolvidable en la subasta.»
Qué historia tan fantástica. Qué tantas personas, que ni conocían a David, entendieron lo mucho que esta tierra valía para David y su familia. Sin la ayuda de ellos seguramente nunca hubieran vuelto a tener la tierra, que una vez fue de ellos.
¡Comparte para homenajear a todos los campesinos que pensaron con el corazón en cambio de con la billetera!