Un piloto hizo un fantástico esfuerzo después de que le dijeran que los restos de un soldado fallecido y la familia de éste estaban a bordo de su vuelo.
El comandante del vuelo se llamaba Richard Rodríguez. Estaba a punto de emprender el vuelo cuando la azafata le informó de que tenían los restos de una persona a bordo.
El comandante preguntó si los restos eran de un militar y si iba acompañado de su familia en el vuelo. La respuesta fue positiva. Entonces el comandante preguntó si los acompañantes podían llegar al avión un poco antes y acercarse a la cabina del avión.
Rodríguez habló con los acompañantes del soldado fallecido y les preguntó si había algo que él pudiera hacer al respecto. El piloto entendía que para los acompañantes éste era uno de los momentos más duros.
Entonces Rodríguez escribió en su Facebook:
”Me acaban de informar de que la familia del soldado estaba a bordo, cuenta la azafata. La madre, el padre, la esposa y su hija de dos años acompañaban el cuerpo de su hijo, esposo y padre y lo llevaban a casa. La familia estaba molesta porque no les habían permitido ver el ataúd del soldado antes de despegar.
Tras este vuelo la familia tenía que esperar cuatro horas antes del vuelo final a casa en Virginia, EEUU. El padre del soldado contó a la azafata la sensación de saber que el cuerpo de su hijo estaba en el depósito del avión y que no lo podían ver. Y preguntó si podían hacer algo. A la familia le encantaría estar presente fuera del espacio de equipajes cuando el hijo fuera sacado del avión «.
Hizo algo inusual
La azafata preguntó al personal de cabina si había algo que se pudiera hacer por la familia y el piloto dijo que se encargaría de ello.
Entonces hizo algo bastante inusual – y no permitido. Rodríguez no usó el sistema regular de comunicación de vuelo para ponerse en contacto con la línea aérea sino que lo hizo a través de una línea secundaria. El piloto explicó la situación y pidió ayuda para organizar un digno regreso a casa para la familia. La aerolínea prometió responder, pero cuando Rodríguez no recibió una respuesta pasadas dos horas, envió un nuevo mensaje. Finalmente vino una respuesta:
”Sentimos habernos demorado tanto pero estábamos obligados a verificar una serie de cosas. Cuando aterricéis un equipo especial os recibirá a pie de escalera. Este equipo acompañará a la familia fuera del avión. Un coche se encargará de llevar los restos mortales del soldado y otro coche se pondrá a disposición de la familia.
Se acompañará a la familia a su nueva terminal y en todo momento podrán ver los restos mortales del soldado. La familia podrá disponer de una sección privada para que puedan estar tranquilos. Cuando el avión de conexión aterrice, se acompañará a la familia hasta la rampa del avión mientras los restos del soldado sean introducidos para emprender su último viaje a casa.
Muchos de nosotros en la compañía somos viejos veteranos. Queremos dar nuestras más sentidas condolencias a la familia».
El piloto imprimió el mensaje y se lo mostró a la familia. Cuando el avión aterrizó decidió algo especial y se quedó en la puerta.
Habló por los altavoces
El piloto apretó el botón del sistema de altavoces y dijo lo siguiente:
– Damas y caballeros, soy el comandante del avión. Tenemos un pasajero que merece todo nuestro respeto. A bordo también se encuentran su padres, mujer e hija. Les pido a todos los pasajeros que permanezcan sentados en sus asientos y permitan salir a la familia primero.
Cuando el avión llegó a la puerta de desembarque, y los pasajeros estaban preparados para desembarcar, Rodríguez abrió la puerta de la cabina y vio a dos azafatas con lágrimas en los ojos. Ellas le contaron que cuando el avión paró, todos los pasajeros esperaron a que la familia del soldado desembarcara la primera. Cuando la familia recogió sus cosas, un pasajero empezó a aplaudir y tras de él todos los demás pasajeros. Y en el momento en el que la familia comenzó a desembarcar muchos pasajeros del avión les ofrecieron sus muestras de apoyo y sus condolencias.
Rodríguez concluyó:
«Muchos pasajeros me dieron las gracias por el gesto, pero solo son palabras que se repiten continuamente, nada podrá devolvernos a este valiente soldado. Debemos reflexionar al respecto. Debemos elogiar a estos hombres y mujeres que día a día dan todo para que nos sentamos seguros y libres en este país»
Solo hay una palabra que va directa a mi corazón. A través de la historia, hay cientos de miles de hombres y mujeres que ha luchado por nosotros. Y continúan haciéndolo hoy en día, y es por ello que debemos elogiarlos a todos y cada uno de ellos puesto que trabajan día a día por nuestra seguridad.
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