Una madre nunca muere, vive siempre en nuestro corazón

Dicen que una persona no muere mientras sea recordada.

En el caso de una madre esto es aún más cierto. No importa la edad que tengamos y cuánto tiempo haga que nos falta nuestra madre en este mundo, ella siempre está presente en nuestra vida, en todos los días de nuestra vida.

Los hijos a veces se pasan días y días sin visitar a llamar a sus padres, sin preguntarles como están, sin decirles un palabra de cariño… Lo sabemos porque todos hemos sido hijos. Y por eso no le tenemos en cuenta estos descuidos a nuestros hijos, sabemos que nos quieren más que nada.

Pero cuando una madre se va para siempre, y sobre todo si es de forma repentina, nos arrepentimos de no haberle dicho cuánto la queremos. Porque no importa lo que discutas con tu madre en el día a día, una madre es una madre.

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La madre da la vida y ha estado siempre ahí, en la vida de su hijo o hija, por eso cuando se va, el dolor es inmenso. Ella que siempre ha estado ahí de repente nos falta, y nos hace mucha falta.

Eterna en nuestro corazón

Pero ella siempre estará ahí, en nuestro corazón. En cada día de nuestra vida. En cada situación en la que sabes que te habría dado un buen consejo. En cada Navidad. En cada cumpleaños. En los cumpleaños de sus nietos. Siempre.

Si sientes que no le dijiste todo lo que la querías, que no le diste todos los abrazos que ella hubiera deseado, ni las gracias que se merecía… No sufras, porque tu mamá también fue hija y sabe lo que siente un hijo.

Si tienes la suerte de tener a tu mamá viva, mímala. Si no la tienes en vida, sabes que siempre estará en tu corazón, mímala ahí también, porque desde el cielo te ve, te ama, y te protege, como siempre ha hecho y hará.

De Newsner a todas las madres inmortales que vivirá siempre en nuestro corazón.