Los guardianes de los edificios históricos hace un admirable trabajo. Tienen que estar de pie, sin hablar ni pestañear.
A veces se les presentan situaciones complicadas, como cuando un conocido viene a saludarlos. Pero ellos tienen que mantenerse ahí, firmes.
Sam, que tiene síndrome de Down, deseaba visitar a su hermano pequeño, Jack, quien trabajaba en la Guardia Real Castillo del Windsor, en Londres (Inglaterra). Pero visitar a un miembro de la Guardia Real, supone al menos una situación un tanto complicada.
Los guardias no pueden moverse ni hablar con los turistas – ni si quiera con los miembros de la familia.
Entonces hizo algo completamente diferente.
Sam estaba muy contento al acercarse a su hermano. Se hizo una foto, pero este no se movió ni un pelo. Permanecía completamente quieto. Y de repente como si fuera una señal, Jack hizo algo increíble.
Mira lo que hizó el soldado cuando su hermano se le acercó:
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