La vida da muchas vueltas y si algo es seguro es que nunca podemos saber lo que nos deparará. No podemos controlar lo que nos pase pero sí el modo en que afrontemos las cosas que nos suceden y cómo aprovechamos las oportunidades que nos brinda.
Jayvee Lazaro Badile tenía sólo tres meses cuando fue adoptado por Nanay y Tatay, una pareja de bajos recursos en Filipinas que a pesar de que apenas tenían nada lo dieron todo para darle a su hijo adoptivo la mejor de las vidas posibles en su precaria vivienda.
Él siempre estuvo muy agradecido con ellos porque aunque no tenían mucho y vivían en una casa muy humilde le dieron lo más valioso que puede recibir un niño: amor y cariño.
Con el tiempo, Jayvee se convirtió en un empresario de éxito y llegó el día en que quiso devolverles el favor.
Jayvee mandó construir una hermosa mansión de 7 habitaciones equipada con todos los lujos posibles y que regaló a sus amorosos padres.
El joven empresario pagó la casa en efectivo y tiene espacio para todos los miembros de la familia. Ahora llevan una vida muy distinta a la que estaban acostumbrados.
Jayvee no sólo ha proporcionado a sus padres una casa con todos los lujos sino que también se los lleva con él en sus frecuentes viajes por el mundo.
Lo único que quiere es devolverles todo el amor que le dieron y pasar con ellos el máximo de tiempo posible.
Y es que los verdaderos lazos familiares no están en la sangre sino en el amor, el cariño y el afecto que forjan los verdaderos vínculos.
Jayvee ha sabido devolver con creces todo lo que le dieron sus padres adoptivos y es un joven realmente inspirador, que demuestra que por muy mal que te haya tratado la vida, con esfuerzo y creyendo en uno mismo puedes atraer la abundancia y la felicidad. ¡Y sobre todo saber ser agradecidos con lo que te da la existencia!
Por favor, comparte si también te resultó inspiradora la historia de Jayvee y su familia.