Los papás posan ante la cámara con sus trillizos recién nacidos, pero fíjate en la cara de los bebés

A pesar de que estamos en 2017, seguimos viendo como, lamentablemente, los prejuicios y el racismos presisten.

Muchas personas siguen pensando que las familias tienen que ser de una determinada manera para ser una verdadera familia.

Aaron y Rachel Halbert han sido víctimas de estos prejuicios, aunque la pareja se merece todo el amor y el respeto por su valiente decisión.

Cuando Aaron y Rachel decidieron adoptar 2 niños afroamericanos tuvieron que soportar comentarios malévolos y de odio.

Estos padres adoptivos, sin embargo, se mantuvieron firmes. Estaban decididos a ofercer un hogar a estos niños que, de otra forma, no hubiesen tenido familia. No estaban dispuestos a permitir que algo así se interpusiera en su camino.

La historia podría haber terminado ahí, para esta nueva pareja y sus dos hijos, su vida se iba a poner patas arriba después de que la familia recibiese un sorprendente anuncio.

Aaron Halbert/Facebook

Aaron y Rachel Halbert siempre habían soñado con convertirse en padres, pero Rachel tenía dificultades para quedarse embarazada. Así que decidieron adoptar dos niños de piel más oscura, un niño y una niña.

La decisión iba a provocar una tormenta de reacciones.

”Sabíamos que, especialmente en el sur de los EE.UU, una pareja blanca con hijos de piel más oscura iba a provocar muchas reacciones. Siempre hay una señora mayor blanca en el supermercado que nos mira con asco, o una madre afroamericana que nos mira y sólo niega con la cabeza», cuenta  Aaron a Washington Post.

Pero Aaron y Rachel estaban muy orgullosos de su pequeña familia.

Cuando la pareja escuchó hablar de la adopción de embriones decidieron que querían tener más hijos.

Rachel se implantó 2 embriones afroamericanos que habían sido congelados durante 15 años.

Querían que sus dos hijos tuviesen hermanos que fuesen como ellos.

”Entendieron nuestra punto de vista de que nuestros niños tuviesen todos el mismo color de piel y decidieron que la mejor opción era precisamente implantar embriones afroamericanos», escribe Aaron.

Facebook/Aaron Halbert

Después de seis semanas llegó la hora de visitar al médico, en Honduras, para ver cómo iba todo con sus pequeños embriones.

Lo que no sabían es que les esperaba una gran sorpresa, uno de los embriones se había dividido en dos.

La pareja, con su limitados conocimientos de español, escucharon con asombro cómo el médico les preguntaba si estaban seguros de que habían implantado solo dos embriones.

«Sí, claro, estamos seguro, le respondí yo. Después vieron que uno de los embriones se había dividido en dos en el útero de Rachel», cuenta Aaron.

Eso significaba que Rachel estaba embarazada pero no de gemelos, ¡sino de trillizos!

© Facebook/Aaron Halbert

El parto fue bien y rápidamente Aaron y Rachel pasaron a convertirse en padres de 5 niños.

«Es muy reconfortante ver cómo la familia nos ha apoyado de manera abrumadora en nuestra decisión de construir nuestra inusual familia. Estamos viviendo nuestro sueño. Un sueño que quizá no sea el de la mayoría de las familias, pero del que estamos orgullosos que forme parte de la historia de nuestro país», cuenta Aaron. 

”Yo me sentía muy feliz cuando, durante el embarazo, veía a mi hijo y mi hija, con su piel oscura y su cabello rizado, besanba el vientre blanco de mi mujer. Cada noche le decían buenas noches a las pequeñas que crecían en su barriga, y ahora pueden de verdad dar las buenas noches a sus hermanas con sus adorables caritas».

Preciosas las trillizas ¿verdad?

© Facebook

Y la descripción que hace Aaron de su familia es muy emotiva.

”Recuerdo cómo un amigo que pasaba por un proceso de adopción contaba que siempre había querido ver su familia como una pequeña Naciones Unidas. Cuando veo ahora mi familia, voy incluso más lejos, me atrevo a decir que nuestra foto de familia es pedacito de cielo».

El amor por sus hijos va a ser siempre más importante que el ADN, el color de la piel o los lazos de sangre.

COMPARTE esta historia que muestra que todas las personas son igual de válidas y que todos los padres tienen derecho a construir su propia falimia sin que pensen los prejuicios.