La historia de Kaleena Pysher comenzó como muchas otras en su situación.
Con 18 años conoció a un chico en el instituto y se enamoró. Todo fue muy rápido. Y en un abrir y cerrar de ojo, Kaleene quedó embarazada y no había ni siquiera acabado la escuela.
Pero en vez de abortar, Kaleen decidió que lo mejor para ella era dar en adopción al bebé.
Y hasta aquí todo es «normal», pero un detalle en su historia hace que todo el mundo haya centrado su atención en Kaleena.
Antes de saber que estaba en estado, Kaleena planeaba ir a la Universidad para estudiar y convertirse en dentista. Incluso había conseguido una beca para sus estudios.
Y entonces decidió dar en adopción a su bebé.
”Toda tu vida tiene que cambiar porque tienes que dedicarla a otra nueva vida», cuenta ella.
Kaleena no quería que sus padres tuvieran que apoyarla económicamente y tampoco quería educar a un hijo solo con las ayudas del estado. Ya había vivido en primera línea una situación parecida: su hermana mayor se había quedado en estado a los 14 años y tuvo que luchar muchísimo.
Kaleena pensó que la adopción era la mejor opción para el bebé y así crecería en una familia que le diera felicidad y seguridad.
Kaleen supo de una familia amiga, pues la mujer solía cuidarla cuando ella era pequeña, que quería adoptar una niña. Y decidió que era la mejor opción.
Pero aunque su decisión no era algo único, quiso de alguna manera hacerla especial. No terminaba con la adopción. En realidad la adopción era solo el principio.
Antes de dar a su recién nacida a sus nuevos padres, Kaleena pudo tener a su hija un poco en su pecho.
Esa inmediata sensación de unión iba a ser algo que se quedaría para el resto de su vida.
Tras este breve momento Kaleene dio el bebé a su familia adoptiva. Ella pudo ver que estaban felices y deseando tenerla en sus brazos.
Esto fue una muestra más de que hacía lo correcto y que ya estaba preparada para dejar que su alma y su cuerpo se recuperaran.
Cuando vio a su hija y a sus padres adoptivos por segunda vez, había preparado un pequeño regalo para ellos. Como seguía produciendo leche materna había preparado un paquete con varias bolsas llenas de leche materna.
Kaleena quería darle a los padres adoptivos la suficiente leche para que asegurarse de que la niña estuviera sana. La lecha materna es lo mejor para los recién nacidos en su primer periodo de vida.
Los padres adoptivos agradecieron y apreciaron realmente el gesto.
La cantidad de leche que Kaleene lograba sacar era suficiente para alimentar al bebé durante varios meses. Cada dos horas se sacaba leche para poder alimentar a su hija.
Ofrecerle su leche era la única manera que ella tenía de apoyar a su hija y también la única manera de mantener el contacto con su hija.
Incluso si era terriblemente difícil dar en adopción a su hija, Kaleena quería ayudarla de esta manera.
Kaleena y los padres adoptivos decidieron mantener un contacto regular con visitas en los cumpleaños, con video conferencias, y regalos de navidad. Kaleena planeó donar el resto de su leche a un banco de leche materna, ayudando así a otros niños que lo necesitaban.
¡Kaleena Pysher eres una mujer generosa, cariñosa, y solidaria!
No solo hiciste lo mejor para ti y para los tuyos, también pensaste en lo mejor para tu hija y los padres adoptivos.
Eres una persona muy especial y llena de amor. ¡Comparte para elogiarla! ??? ♥