Broma (ficticia): Daniel vie a la esposa de su amigo sin bragas

Yo pertenezco a ese clan que piensa que tenemos que reírnos lo más posible. Es cierto que hay ciertos asuntos con los que conviene no frivolizar pero al mismo tiempo bromear de vez en cuando puede ayudar a desdramatizar lo triste y lo aburrido.

Quizá no todos estarán de acuerdo conmigo, pero las historias divertidas sobre infidelidades son un ejemplo perfecto de lo que digo. Cierto que esto es algo complicado y sería mejor no sufrirlo – destroza relaciones y hiere a las personas. Pero cuando son historias ficticias, podemos reírnos de las miserias.

¡Cuando no ocurre de verdad ninguno puede sufrirlo!

¡Y por ello me estuve riendo muchísimo con esta broma! Algunos pueden pensar que es de lo peor que hay pero para mí es bastante divertido.

Espero que tu también te rías – y que tengas un día maravilloso lleno de risas.

Dos parejas de casados estaban una tarde jugando a las cartas juntos. 

A Daniel se le cayeron algunas cartas en el suelo por error. 

Y cuando se agachó a recogerlas vio a la mujer de Victor, Ana, que no llevaba bragas debajo del vestido. 

Cuesta 100 dólares

Muy abrumado – totalmente fuera de juego  por la visión – se golpeó la cabeza con la mesa y se puso rojo como un pimiento.

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Cuando Daniel más tarde se marchó a la cocina para buscar un poco de vino tinto, Ana lo siguió y preguntó:

– ¿Viste algo debajo de la mesa que te gustó? 

– Si, la verdad es que sí, respondió Daniel.

– Puede ser para ti – pero cuesta 100 dólares.

Al llegar el viernes, Daniel le dio a Ana 100 dólares y se fueron a la habitación donde tuvieron sexo tres horas seguidas.

Luego Daniel se marchó.

Victor volvió a casada después del trabajo y preguntó a su mujer: 

– Cariño, ¿ha venido Daniel a casa ?

¿Sabía lo que había pasado?

Sorprendida Ana preguntó: 

– Si … la verdad es que ha venido un momento.

– ¿Te dio 100 dólares?

Ahora es cuando Ana estaba segura que su marido sabía todo – y había descubierto la infidelidad.

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– Si me los dio, dijo Ana abrumada y humillada. 

– Estupendo, respondió Victor contento. Daniel vino a la oficina esta mañana y me pidió prestado 100 dólares y comentó que me los devolvería por la tarde. ¡Uno se siente pleno al saber que tiene estupendos amigos en los que confiar! 

Comparte para difundir la risa con tus amigos. ¡Te aseguro que les va a gustar – compartir alegría es doble diversión!