Chica de 18 años se pone pistola en la frente y aprieta: Cuando entiendo el motivo se me encoge el corazón

La adolescencia puede ser un periodo muy difícil incluso para el más popular de los adolescente. Y muchos hacen todo lo posible por estar a la altura.

Tienen que tener la ropa correcta, oír la música correcta, y tener intereses adecuados. Por suerte uno al hacerse mayor deja de prestarle importancia a todas esas cosas y aquello que era súper importante ahora no es más que un mero recuerdo.

Me acuerdo lo inseguro que uno podía estar. Porque temía ser uno de los «marginados», de los que nadie quería sentarse a su lado en clase, o aquel que nadie invitaba a sus fiestas.

No creo que yo fuera malvado con nadie, pero no invitaba a aquellos que no formaban parte de mi grupo. Por lo tanto yo también era igual de idiota que aquellos que acosaban.

Me alegro que mi adolescencia terminara, incluso si la disfruté sin grandes problemas. Pero si pudiera vivir de nuevo ese periodo, me hubiera gustado apoyar más a aquellos que eran más débiles.

Y había quienes lo tuvieron muy difícil cuando eran jóvenes. Katie Stubblefield era uno de ellos.

Katie era muy sensible en el instituto y soñaba con tener novio. Pero la relación hizo aguas y ella se quedó devastada.

Un día vio un mensaje de texto de otra chica en el celular de su novio.

Y pensó que la vida no tenía sentido y tomó una decisión de la que iba a arrepentirse el resto de su vida.

Katie Stubblefield
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Muchos saben que es de tontos tomar una gran decisión cuando uno está triste, porque se toma bajo mucha tensión y rara vez es la decisión correcta. Y esto ocurrió también en este caso.

Katie pensó que la vida no valía la pena vivirla. Corrió a casa de su hermano, tomó una pistola y se disparó un tiro en la cara. Estaba segura que así se iba a quitar la vida.

Pero alguien la estaba cuidando y de forma milagrosa, sobrevivió. Sin embargo casi toda la cara quedó destrozada.

En una emotiva entrevista con BBC el padre de Katie cuenta lo que dijeron los médicos cuando vieron llegar a Katie al hospital.

”Nunca más va a poder comer, nunca más va a poder beber, nunca más va a poder lavarse, nunca más va a poder hablar, será un «vegetal» , y vivirá en un casa de cuidados el resto de su vida» .

Katie Stubblefield
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La sola idea de que Katie Bug viviera como un vegetal el resto de su vida era insoportable.

Pero lo peor era saber que Katie había tomado la decisión de dispararse.

”Recordaba perfectamente lo que había hecho. Y pensé «¿Por qué me he hecho esto a mi misma? Pero lo más importante ¿Cómo les pude hacer esto a mi familia?»

Durante meses todos vivieron con la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar. ¿Iba a poder salir Katie alguna vez del hospital? ¿O viviría dependiendo de asistentes el resto de su vida? ¿Cómo iba a quedar después de lo sucedido?

Por suerte los médicos de Katie eran excelentes y consiguieron darle a Katie una segunda oportunidad. Le transplantaron un rostro completamente nuevo. Katie no estaba muy segura de los planes de los médicos, pero no tenía mucho más para elegir.

Katie Stubblefield
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”Era una oportunidad de devolverme la vida y darme un nuevo rostro… Era una decisión muy difícil porque sabia que alguien debía morir para poder conseguir un rostro».

Pero cuanto más lo pensaba, más aceptaba la posibilidad de tener un nuevo rostro, la cara de otra persona.

Tres años después y tras 22 operaciones llegó finalmente el gran día de la intervención quirúrgica.

Once médicos trabajaron durante 30 horas para extraer la cara del Andrea Schneiders y llevarla al cuerpo de Katie. El resultado fue mejor de  lo que se habían podido imaginar.

Mira el siguiente vídeo y verás el increíble trabajo de los médicos:

Creo que Katie se arrepentirá de lo que hizo toda su vida. Pero le dieron una segunda oportunidad, algo que para muchos era imposible. 

Comparte la historia de Katie con tus amigos, a lo mejor puede ser importante para alguien que se encuentra mal. 

Quizás haga que alguna persona valore su vida un poco más. Porque desgraciadamente nos concentramos más en lo que no tenemos que en lo que tenemos.