En 1989, Amanda de 18 años salía de casa de sus padres para correr con su perro. Hizo el mismo recorrido que solía hacer cientos de veces, pero esta vez no volvió a casa.
Tres años más tarde encontraron el cuerpo de Amanda con tan solo los calcetines y las zapatillas de deporte. Fue el comienzo de una investigación que nunca obtuvo respuesta, hasta 30 años más tarde.
El asesinato de Amanda, de 18 años, desconcertó a la policía y atemorizó a toda una ciudad.
Una gran cantidad de hombres tuvieron que hacerse la prueba de ADN para ver si la policía podía encontrar coincidencias con los rastros dejados en el cuerpo de Amanda. Pero no se encontró ninguna coincidencia.
La policía: «Nunca he visto nada igual»
Los años pasaron, y lo único que podría aliviar a la familia era que la policía encontrara al asesino y que no siguiera en libertad.
«Nunca he visto un caso que influenciara a las personas de esa manera. La gente no se sentía segura. No se sentían tranquilos, ya que realmente había un monstruo entre nosotros» dijo el fiscal David McEachran al periódico The Bellingham Herald.
En 2013 la policía incluso investigó el ADN de personas que había vivido en el lugar del suceso, pero que se habían mudado.
Una de estas personas era un hombre de 51 años, Timothy Forrest Bass, que con anterioridad vivía cerca de la casa de los padres de Amanda. Este vecino había visto a Amanda correr muchas veces delante de su casa.
Se negó hacerse la prueba de ADN
El hombres se negó a hacerse la prueba de ADN, y pasaron varios años hasta que alguien hizo un gran favor a la policía que lo cambió todo.
Descubierto gracias a un compañero
Kim Wagner, compañero Timothy Forrest Bass, sabía que la policía tenía un cierto interés en Tim, pero que éste se había negado a hacerse la prueba de ADN. Entonces tomó una taza que Timothy acababa de utilizar y se la entregó a la policía.
Y con gran acierto. El ADN que se encontraba en la taza coincidía con el ADN descubierto en el cuerpo de Amanda.
Gracias al favor del colega, el asesino fue arrestado y condenado a 27 años de prisión por el asesinado de Amanda.
Ahora la policía espera que este caso pueda inspirar a otros a estar atentos en su entorno, cuando se produce algo alarmante y notan algo fuera de lo normal.
Este caso es una prueba de que todas las preguntas tienen respuesta. Comparte para elogiar a la policía que nunca abandonó la investigación sobre lo ocurrido con Amanda.