¿Habéis pensado alguna vez que a menudo las personas que poseen menos tienen más que dar?
Un mendigo llamado Patrick apenas poseía nada pero tenía mucho amor que darle a alguien.
Incluso si Patrick no tenía hogar, nunca se le hubiera ocurrido abandonar a su amado perro Franklin.
Patrick buscaba comida para su perro incluso antes de que comiera él. A veces Patrick no había comido desde hacía días y tenía hambre.
Un día Patrick y Franklin se encontraron en una grave y terrible situación.
Y fue entonces cuando la bondad de una extraña llamada Wilma Price salvó la vida de Franklin, emocionando tanto a Patrick que le hizo llorar.
Cuando Wilma salía del supermercado Walmart en Texas vio a Patrick de pie con un papel escrito. No pedía trabajo ni comida, solo tenía un mensaje inusual escrito. Y ésto hizo reaccionar a Wilma que se acercó a él.
Y el mensaje decía:
«Perro encerrado. Necesito ayuda »
Wilma era una amante de los animales y por ello se acercó a Patrick para hablar con él. El mendigo pedía dinero para poder cuidar a su perro. Las autoridades se habían llevado al animal por falta de cuidados.
Ella se dio cuenta de la desesperación de Patrick pero apenas tenía dinero consigo así que decidió continuar hacia su auto.
Pero a medio camino se paró – no podía quitarse de la cabeza las palabras del mensaje.
Wilma no podía abandonar a Patrick y a su pobre perro, comenta ella a las noticias de CBS. De manera que se acercó de nuevo a Patrick.
”Parecía un niño pequeño, ahí de pie, como si hubiera perdido todo», comenta Wilma.
Wilma preguntó a Patrick que era lo que había ocurrido y este le contó que había tenido problemas con la justicia después de una intrusión ilegal.
Se vio obligado a pasar dos noches en la cárcel y es entonces fue cuando las autoridades se llevaron a su perro Franklin.
Al perro se le consideró un animal abandonado y le trasladaron a una organización local protectora de animales, solo, sin Patrick. Cuando Patrick salió de la cárcel, la policía le dijo que para recuperar a Franklin debía de pagar 120 dólares.
Patrick le confesó a Wilma que no podía vivir sin su mascota. Este perro era todo lo que tenía y viceversa. Además si nadie adoptaba a Franklin podían incluso sacrificarlo.
Juntaron dinero y fueron a buscarle
Wilma no podía dar crédito a lo que oía. Era obvio para ella que Patrick amaba a su perro. Y sentía que debía ayudarle. Wilma y un amigo reunieron dinero para luego ir juntos a la protectora de animales y sacar a Franklin.
Los dos hicieron una parada primero en la tienda de animales y compraron todo lo que Patrick necesitaba para cuidar de Franklin. Patrick fue equipado con cuencos de agua, comida para perros y juguetes.
Muy pronto Patrick iba a encontrarse cara a cara con su adorado amigo. Y Patrick no puedo evitar llorar al reencontrarse con su perro.
Estaba muy impresionado por la generosidad de Wilma y enormemente agradecido. Wilma era una completa desconocida, solo se habían visto 2 horas antes.
”Has hecho por mí mucho más de lo que nadie ha hecho en toda mi vida. No puedes imaginarte lo enormemente agradecido que estoy por ello», dijo Patrick
Pero la generosidad de Wilma no paró ahí. Ella era dueña de una tienda para animales y el amor de Patrick hacía su perro le hizo comenzar una página para recaudar fondos y donaciones anónimas para ayudar a esta pareja a comenzar una nueva vida.
Wilma no tiene en cuenta todos los elogios que recibió por sus amables actos, pero si que anima a todos a no «juzgar un libro por su cubierta».
El encuentro con Patrick le dio mucho que pensar y ella hace hincapié en el hecho de que todos se merecen una segunda oportunidad. Nunca sabes si tú puedes ser la persona que necesite ayuda.
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