Pekín prohibió los autos durante 2 semanas y el cielo se volvió azul claro. Adivina lo qué pasó al día siguiente

Cuando China celebró el 70 aniversario de su victoria durante la Segunda Guerra Mundial, no escatimó en costes.

Los líderes querían resaltar «el día de la victoria» con un gigante desfile militar.

Y el día 3 de septiembre del año 2015 se celebró ese gran día – con un impresionante desfile militar que tuvo lugar en las calles de Pekín.

Pero no fueron precisamente los miles de militares que desfilaban los que hicieron que los habitantes de Pekín salieran a la calle.

En la celebración participaban 12.000 soldados en 50 formaciones militares diferentes, junto con cientos de aviones de combate.

Veteranos y soldados de entre 20 y 102 años participaban en el desfile. El entrenamiento ante el desfile fue también increíble. Varios oficiales relataron que habían perdido entre 5 a 10 kilos como resultado de los duros ejercicios que debían practicar para el evento.

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Un desfile de estas características puede tardar meses incluso un año en prepararse.

Y con respecto al desfile de la victoria de Pekín en el 2015 se impusieron muchas restricciones antes de que se celebraran las fiestas. Cientos de fábricas cerraron, 5 millones de autos se vieron afectados por la prohibición de conducir en el centro de la ciudad.

Obviamente cada uno tiene su opinión sobre  la forma en que las ciudades gastan sus recursos, pero en este caso el resultado fue óptimo.

Cuando llegó el día del desfile, la calidad del aire en Pekín había mejorado significativamente.

Como media general, Beijing registra alrededor de 160 (de 500) en el índice de contaminación del aire.

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Y esto tiene consecuencias negativas para la salud de todos (comparativamente, el promedio en el índice de contaminación en las peores ciudades de EE. UU. es de alrededor de 125).

Pero el día del desfile el índice había bajado a 17. ¿Absolutamente fantástico, verdad?

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¿Qué pasó el día después?

El día después del desfile de la Victoria, las autoridades anunciaron que los autos podían circular de nuevo por la ciudad.

El índice de contaminación del aire en algunas partes de la ciudad volvió inmediatamente a un nivel muy poco saludable, a 160 de 500. Solo 24 horas después el cielo se llenó nuevamente de una neblina sucia y peligrosa, escribe  CNN.

¿Puedes ver la diferencia?

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Esto es el cielo de Pekín durante el desfile de septiembre del 2015. 

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Como podeis ver el cielo era de un azul claro…

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Y así está el cielo unas semanas más tarde. 

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El cielo se volvió gris y sucio, pero el futuro no tiene porque ser tan oscuro.

Porque a la vista de lo que pasó el día del desfile de la Victoria, un cambio es todavía posible.

La contaminación del aire es mala. Las emisiones de dióxido de carbono son nocivas. Los autos son malos. Todos lo hemos escuchado antes. ¿Pero es posible que no nos hayamos dado cuenta de cuánto poder tenemos para cambiar las cosas?

Lo sucedido en Beijing nos muestra cuán preocupante y mala es la situación, pero también cómo podemos mejorar el medio ambiente si queremos.

Al prohibir los automóviles y otras emisiones en solo dos semanas, Pekín experimentó un saludable y hermoso cambio.

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Afortunadamente, China también se ha dado cuenta de que se debe dar un cambio. Y entre otras cosas, las autoridades chinas han declarado la «guerra» a la contaminación en las grandes ciudades que se lleva más de un millón y medio de vidas de ciudadanos al año.

Varios esfuerzos han llevado a Pekín a reducir la cantidad de micropartículas en el aire en un tercio en el último trimestre de 2017, en comparación con el año anterior, escribe Sveriges Radio.

Todavía queda un largo camino por recorrer y nos atañe a todos y cada uno de nosotros, en todos los países del mundo.

Y de hecho, todos podemos mejorar el clima y salvar nuestro planeta, ya que tenemos más poder del que creemos.

Es algo en lo que debemos pensar cuando estemos sentados delante del volante de nuestro coche.

Y posiblemente podremos conseguir en el futuro un cielo más azul si todos vamos al trabajo , en bicicleta  o tomando el transporte público  – algunas veces a la semana.

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