A muchos nos choca la primera vez que sufrimos este problema. Te levantas y de repente algo va mal, cuando apoyas el pie en el suelo te duele, sobre todo en la zona del talón.
Si el dolor persiste durante el día hay muchas probabilidades de que lo que estés sufriendo es una fascitis plantar.
A continuación te damos unos consejos si te encuentras en esta incómoda situación, que te pueden ayudar.
La fascitis plantar se refiere a un problema en la fascia del pie: la banda gruesa de tejido que existe en la planta del pie que va del talón a los dedos del pie.
Cuando esta banda se tensa amortigua el impacto que se da cuando caminamos. Sin embargo, algo se altera cuando se da una fascitis plantar.
La fascitis plantar es una inflamación de la fascia, algo que resulta de un exceso de uso, el estiramiento de la fascia u otros factores que predisponen a ello.
Para quien lo sufre puede ser tremendamente dolorosa. Generalmente el dolor empieza por la mañana y se va aliviando
Sin embargo, hay una serie de ejercicios que puedes hacer para aliviar este problema. Además es importante tratarlo cuanto antes que empeore. El dolor puede ser tan terrible como para impedirnos continuar con nuestro día.
Un rollo frío
Un remedio bastante efectivo para muchas personas es el llamado rollo frío.
Para hacerlo un ejemplo colocar una botella de agua pequeña en el congelador.
Cuando esté helada envuélvela en una toalla y luego pon el arco de tu pie sobre la botella.
También puede hacerse con otro objeto cilíndrico, lo importante es que esté frío.
Hazla rodar lentamente bajo el arco de tu pie durante 5 minutos, luego cambia de lado y repite la operación.
Frotar y masajear
Esta operación la puedes hacer tu mismo, aunque si te lo hace otra persona es mucho más relajante.
Se trata de hacer presión profundamente a lo largo del arco del pie, por los talones y las pantorrillas.
Date este masaje durante 1 minuto y luego cambia de lado.
Ejercicio contra la pared
Colócate descalzo frente a la pared, coloca contra ella ambas manos, avanza una pierna e inclínate hacia delante.
Trata de no levantar el pie contrario, que el talón esté apoyado. Mantén la posición durante 30 segundos y cambia de lado.
Con constancia y estos trucos, el dolor podría ir desapareciendo. Eso sí, lo ideal es que consultes un médico si el problema persiste.
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